Casa Del Bosc en Cànoves i Samalús

Ubicación inmejorable, vale la pena el esfuerzo y la caminata hasta este lugar tan especial. Menú muy completo y platos excelentes, sobre todo los guisos que requieren tiempo y cariño en la cocina. Estuvimos fantásticamente atendidos en todo momento y esto mejoró aún más nuestra experiencia. ¡Muchas gracias!

Esperiencia de 10. Excursión de 1:30h por el monseño para acabar en La Casa del Bosc, un restaurante único. Cocina casera con un menú muy abundante, que tiene tanto calidad como variedad de emontaña. Destacar los platos de caza, probamos gamo, corzo y mulfón y los 3 espectaculares. Destacar el servicio atento y cercano. Hemos ido varias veces y regresaremos.

Si caminar por la montaña ya es un placer, encontrarse un restaurante como éste en medio de la montaña es tocar la felicidad. El sitio es muy agradable y tiene unas vistas fantásticas. El servicio es muy cercano, cordial y te hace sentir como en casa. Y la comida deliciosa. Empiezas con unos platillos donde había paté de caza, humus, boniato en tres texturas, ensalada y raviolis con butifarra y salsa de setas. Luego un plato de brasa o guiso que, en mi caso, fue un meloso de mejillas de ternera con ratafía que se deshacía en la boca. Para terminar una sopa de piña con helado de coco. Si no puede llegar andando avise de que le vendrán a buscar, pero no se lo pierdan.

Después de una subida de 7 km comer en la casa del bosc es lo mejor. También se puede almorzar pero nosotros comimos los pies de cerdo y vedella todo buenísimo …. Muy recomendable

¡Obligatorio los platos guisos!

El restaurante está ubicado en un sitio idílico, donde puedes disfrutar de una comida exquisita después de una ruta. La comida nos sorprendió para bien, todo estaba buenísimo, nos encantó degustar varios sabores. Especial mención al postre Filiberto, nos sorprendió encontrarlo por la zona, muy bueno.

Hemos subido desde Cànoves para desayunar. Bonito recorrido de 2 horas aproximadamente desde el parquing de la entrada del pueblo. Una vez arriba, a disfrutar del desayuno. Muy bueno todo!!!!

Refugi de muntanya entrañable donde la excelencia comida ( caza de kilómetros "0" ) hay que ganársela para llegar puesto que solo se puede llegar andando con una agradable ascensión de una hora y media. Así cuando llegues lo haces con hambre y sed entonces es cuando aparecen al "rescate" Xavi i Pau.

Hace tiempo que subieron precios y bajaron cantidades y calidades, los entrantes del menú son muy flojos. El sitio sigue siendo original pero ha perdido parte de su esencia de restaurante pequeño con llar de foc y comida tradicional.

Sitio idílico. Una gran experiencia por los sentidos