Casa da Barrosa en Sanxenxo

Esta reseña llega más bien tarde que pronto (mis disculpas), estuve hace cosa de unos meses, durante el verano, mi pareja tuvo un antojo de tortilla tremendo y terminamos en este restaurante. Sinceramente, de las mejores tortillas que he probado, pero la cosa no se queda aquí. Entablamos conversación con Sofía, propietaria del restaurante, quién nos explicó su historia y su trayectoria, dejando claro que no se trataba de otro restaurante bonito, si no de algo distinto, algo que combinaba lo casero con la perfección y la cercanía, todo en un entorno privilegiado. Tras esa tortilla, también cayeron unos pimientos de padrón, buenísimos. Tras los pimientos volvimos a comer al día siguiente: de los mejores arroces negros junto con el cachopo descomunal con un toque dulce que mi paladar todavía recuerda. Tras la comida, volvimos a cenar algo simple, unos tomates feos (creación de la casa que resume a la perfección lo casero de sus productos), una tabla de quesos y poco más. A todo lo anterior, cabe añadir que de la buena relación que tuvimos, Sofía nos regaló, el primer día, dos coulants de chocolate y queso y el último día, una botella de albariño. En conclusión, pese a parecer publicidad pagada, no lo es. Casa da Barrosa es una apuesta segura por lo tradicional, por lo que funciona y por la cercanía. Muchas gracias Sofía.

Excelente restaurante para comer en Sanxenxo. El ambiente es magnífico y la comida fantástica, disfrutar de una copa de albariño junto a las vides no tiene precio. A destacar las croquetas y la ensaladilla de pulpo, un acierto seguro!

¡¡Nos encantó!! La atención la calidad de las carnes ( pedimos una parrillada de carne) estaba exquisita. El ambiente, todo en general, somos de Gijón y cada que vayamos a Sanxenxo iremos sin duda.

Sitio precioso y un encanto especial con un gusto estupendo. El servicio y la atención no puede ser mejor. La comida muy rico todo. Nos habían hablado muy bien del cachopo, e igual pues íbamos con las espectativas tan altas que no nos sorprendió tanto. Las navajas muy ricas, al igual que la ensaladilla de pulpo y calamares. Todo muy gallego pero con un toque particular de la casa. Sin duda repetiremos para probar otros platos de la carta.

Entramos de casualidad. No sabíamos dónde cenar en Sanxenxo y nos recomendaron ir a un furancho pero o estaban muy lejos o no tenían muy buena pinta. Al pasar por la puerta de este restaurante nos pareció una buena idea parar y ¡acertamos! Nos atendió Ramon un joven muy atento y con mucho conocimiento de los platos que nos ofrecía ya que como el mismo nos explico es hijo de la cocinera y todo era casero. Los pimientos de Padrón cumplían con el refrán algunos picaban (y mucho), el tomate feo para repetir (un espectáculo). Pedimos también dos chorizos criollos pero el propio Ramón nos advirtió de que era mucha comida ya que queríamos probar el chuleton y le hicimos caso comiendo uno entre dos. La cuenta con postres y bebida incluida no ascendió a los 80 euros. Sin duda para repetir.

Sorprendente lugar retirado del ruido de Sanxenxo y con todo lo que se necesita para disfrutar de unos productos muy buenos, una tranquilidad y atención sin comparación en un ambiente rustico con una decoración que refleja el buen gusto y acompañado de una cocina que elabora sus productos respetando los sabores al 100% y manteniendo la frescura de los mariscos tanto o más que haciendo que sus carnes se impregnen del sabor de su parrilla. Tanto el agradable y profesional trato de las personas que atienden como de sus precios... Dejan un gran deseo de repetir la visita a este lugar.

Muy rica lubina espectacular muy rica. Un poco caro pero no para la calidad muy rico todo

El personal, muy amables y super majos.La cena perfecta y riquisimo todo,era la segunda vez que ibamos y volveremos.De diez.

El sitio es espectacular, tanto el exterior como el interior. El personal, de lujo. Y la comida, no puede ser mejor. Tomamos una ensalada de tomate de la huerta con un sabor q no recordaba, un rape excelente y entrecot que parecía mantequilla. Repetiremos seguro!

Un restaurante espectacular, nada más llegar tiene un parking muy grande para aparcar . Es una casa de piedra preciosa que puedes comer dentro si quieres disfrutar de su interior o fuera si quieres, y te lo permite el tiempo , disfrutar de su terraza . Además tiene en la parte de atrás un chill out para disfrutar de unos buenos digestivos . Todo lo que probé allí estaba muy bueno , carnes , pescados y unas paellas deliciosas, y todo regado con un buen vino . Todo a un precio más que razonable y los platos tienen muy buen tamaño . Esta muy bien atendido con un personal muy atento y dispuesto .