CASA CARLITOS en Rubí

Fuimos a una comida familiar y lo pasamos muy bien la comida estaba muy buena nos gustó a todos la sangría de cava

Casa Carlitos , una joya de la cocina de mercado y fusión que brilla con luz propia En un rincón de Rubí (próximamente en Sant Cugat) se esconde uno de esos restaurantes que no solo se visitan: se viven. Casa Carlitos es el claro ejemplo de cómo la pasión, la creatividad y el mimo por el detalle pueden transformar una comida en una experiencia inolvidable. Tuvimos el placer de disfrutar de su menú degustación, un viaje sensorial donde cada plato es una historia contada con técnica, producto y sabor. Empezamos con unas croquetas caseras de pollo al kimchi, que ya anticipaban la fusión vibrante del resto del menú. Le siguieron joyas como el foie con compota de manzana y anguila ahumada, los mejillones Thai al curry rojo con pico de gallo, y un ceviche peruano fresco y perfectamente equilibrado. El tataki de salmón flameado con gelé de limón, sorbete de lima y kumquat fue una explosión cítrica y seductora. El nem de cerdo con jamón, mayonesa siracha y cigala sorprendió por su combinación atrevida y deliciosa. La “focaccia” de brioche con carpaccio de ternera, salsa trufada, rúcula y parmesano fue un bocado elegante y adictivo. Y el lagarto de cerdo a la brasa con pack choi al curry rojo, sencillamente perfecto. De postre, una interpretación única del clásico banana split, llevada al nivel de alta cocina. Mención especial al equipo humano, que es tan protagonista como los platos: Michelle y Andrea, encantadoras y atentas; el chef Kemuel, cercano y brillante, enriqueciendo la experiencia cada vez que se acerca a la mesa; Julen, siempre al pie del cañón con una sonrisa; y Javier, el artesano detrás del exquisito pan de coca. Todo bajo la batuta de Javi, un anfitrión que entiende como pocos lo que significa hospitalidad, buen servicio y cocina con alma. Casa Carlitos no es solo un restaurante: es una experiencia redonda. Y si ya era imperdible en Rubí, su llegada a Sant Cugat promete consolidarlo como uno de los referentes gastronómicos de la zona. ¡Os deseo el mayor de los éxitos en esta nueva etapa, aunque con un equipo y una cocina así, el éxito está garantizado!

Lo justo para ir entre semana, bien?

Lugar perfecto y fácil de aparcar. Volveremos

Todo genial,los postres para chuparse los dedos

un sitio perfecto para ir a cenar o comer, la camarera de la noche muy agradable y muy buen servicio, además de la comida que es 10/10 en concreto los raviolis con trufa, un 10/10, el entrecot 350gr y el postre de chocolate. Sin duda repetiremos un gran descubrimiento

Un buen restaurante con un servicio 10 un ambiente estupendo para pareja y amigos con un buen paladar

El sitio acogedor y muy bien ambientado, tiene su terraza para estar al exterior, cubierta y bastante grande, en el interior hay una maquina arcade que puedes recordar esos juegos de los 80 y encima es gratis, muy buena comida acompañado de un buen precio, en definitiva recomendaria este lugar para comer, repetiremos 👍

Fuimos a cenar en familia y pedimos platos para compartir y los postres. Estaba todo riquísimo. Muy buena atención por parte del personal.

El menú mediodía es bueno, aunque un poco caro. Vale la pena el arroz que sirven jueves y viernes. Lamentablemente el encargado es un mal educado y no sabe atender a los clientes como se merece este restaurante. ¡Qué pena porque por su culpa no volveremos!