Casa Baizan en Gijón

Buen sitio para tomar algo en la terraza y en pleno corazón de Gijón. Si se va con niños con amigos pueden jugar en la plaza mientras los padres "desconectan" un poco y así tener la cabeza en otras cosas.... En ocasiones uno no puede salir de su asombro y de lo que puede llegar a ser la condición humana, en este caso en el extremo mezquino, por ser comedido. Resulta que desde hace un tiempo estoy intentando dejar miguitas de pan para ver si un "pajarito" que me llama la atención pudiese acercarse y así poder escuchar su canto, pues resulta que en lugar del "pajarito" aparece un buitre, con compañía, de un pasado antiguo muerto y enterado. Es sorprendente como urga en las migas quien tuvo el pan entero e incluso toda la panadería y decidió traicionar al panadero y pretender que este mirase para otro lado mientras le crecían unas pertuberancias. Ahora resulta que van varias semanas que aparece con compañía, me da mucha pena y estoy por hablar con él para que sepa con que clase de persona está. Una vez puede ser casualidad, varias ya es maldad, que en algunas personas no tiene límite, eso sí luego van de guais. Por si hay alguna duda ""ni olvido, ni perdono"" y siempre mejor sólo que mal acompañado.

Restaurante muy típico de Gijón, donde puedas degustar platos típicos de la zona pescados, carne y mariscos, una intención del personal muy amable y cercana. Totalmente recomendable

Cenamos con una amiga. Trato correcto.

Para tomar algo en el centro está bien, de la carta no encontré nada para repetir

Un sitio que nunca falla. La comida siempre rica, el servicio siempre atento y dispuesto y cada rincón siempre limpio. Quizás no tenga la apariencia y la pompa de otros sitios más renombrados pero cuando has aprendido a valorar lo bueno prefieres ya siempre, sitios como este.

La fabada estaba súper buena, pero todo lo demás que comimos tenía una calidad baja. No volvería

La fabada y la atención exquisita. Y el personal muy amable el cachopo muy rico. (Es para compartir)

Comida muy rica. Atención perfecta. Las fabes, el cachopo, los callos, los postes,…

Verdaderamente un sitio de comida casera tradicional asturiana de los que ya quedan pocos. Espero que, por el bien de todos, perdure muchos años más. Disfrutamos dd la cebolla rellena con carrillada de cerdo con patatas fritas (sabor a abuela), paté de centollo (nos gustó más que el de cabracho) y calamares en su tinta (10/10)

Comida excelente, cantidad de la comida brutal.