Casa Aníbal en Sevilla

Un filete abandonado a su suerte en un plato enorme blanco no es lo que es pero por una carne de 32€

Sencillamente genial, restaurante exclusivo a buen precio, se disfruta de la comida y del local

En primer lugar, la ubicación es perfecta, edificio del arquitecto español Aníbal González, justo al lado del Guadalquivir y el puente de Triana. El lugar tiene mucho encanto, acogedor y la decoración muy actual. Calidad precio, quizás algo elevado con respecto a otros lugares de la zona con muy buena materia prima. Aquí os muestro en las imágenes los platos que pudimos degustar, dónde destaco como buen carnívoro, la vaca madurada 1kg (80€) con un gran sabor acompañada de unas patatas artesanas extrafinas En los entrantes, la ensaladilla de centollo y berberechos muy buena presentación y muy rica de sabor, quizás para cuatro personas se queda corta. Las anchoas riquísimas! De los postres, destacó el tocino del cielo, haciéndole competencia al Brownie que fue muy normal. El servicio fue muy correcto y rápido de servir todos los platos, el camarero, Diego fue quien nos atendió y estuvo muy atento en todo momento. Algo que me sorprendió y me gustó mucho fue, la posibilidad de tomar por copa un vino tinto 200 Monges

Muy buen lugar para una celebración o reunión de amigos. Altamente recomendable.

Lo mejor el servicio; nos atendió Andrea. El cachopo de atún recomendable. Relación calidad / precio puede mejorar.

Sitio de 10. Por dentro sorprende muchísimo la decoración y la atención ha sido excepcional por parte de Diego y la comida estaba espectacular. Sin duda cuando volvamos por Sevilla repetiremos

Casa Aníbal destaca por su edificio y decoración, que crean un entorno con mucho encanto. Sin embargo, la comida y el servicio no están a la altura. El servicio fue lento y poco atento, y los platos carecieron de elaboración destacable. De lo que probamos, lo más interesante fue la lasaña, el cachopo de atún (una propuesta novedosa) y una tostada de ensaladilla con anchoas fuera de carta, que fue lo que más nos gustó. Por otro lado, la corvina, la presa y el guiso de venado resultaron bastante pobres de sabor. Además, aunque pedimos para compartir, trajeron todo a la vez, lo que hizo que los platos se enfriaran y empeoró la experiencia. Los postres sin nada a destacar, prescindibles A pesar del precioso entorno, no repetiremos.

Me encanto y el trato ofrecido por el maitre luis perfecto. Me quedé obsesionado.las croquetas buenísimas la carne inmejorable y la ensaladilla igual Enhorabuena

La decoración es increíble Los camareros muy atentos. Ambiente agradable. Opciones variadas de entrantes y platos para compartir. Y algunos platos de carne y pescado. Muy recomendable

Estando por Sevilla nos decidimos por cenar en este restaurante. Buena ubicación, al otro lado del barrio de Triana y tan solo cruzando su puente te encuentras con este edificio histórico. Cruzas sus puertas y es como si entraras a un museo, su decoración, techos, paredes,...te hacen pararte a disfrutarlo. Pasando por la carta, tienen un producto muy bueno, y te recomiendan bien. Probamos por primera vez las croquetas de rabo de toro, exquisitas, y las alcachofas tremendas. Pero el resto de platos y su postre...genial. La atención que te prestan es atenta. La jefa de sala nos atendió genial, recomendó muy bien y sin duda, Davinson (espero escribirlo bien) un chaval muy atento, educado y servicial, si volvemos por la ciudad volveremos al restaurante, y ojalá lo veamos.