Casa Aníbal en Sevilla

¡Súper buena comida! Los precios son más caros, es un restaurante de lujo. El lugar es genial, muy cerca de la ciudad, justo al lado del río. El servicio fue muy amable y atento.

¡Nuestra experiencia en Casa Aníbal fue simplemente maravillosa! Reservamos para 5 personas el 1 de noviembre y desde el primer momento nos sentimos como en casa. La mesa en la primera planta era perfecta: tranquila, con una temperatura agradable y una decoración que realzaba la elegancia del edificio. La comida superó todas nuestras expectativas. La lasaña con huevo poché era una delicia y los postres... ¡una auténtica tentación! Probamos todos y nos costó muchísimo decidirnos, pero creo que el tocino de cielo con helado de lilas se llevó la palma. La atención de los camareros fue impecable, especialmente la de Diego, quien nos hizo sentir muy a gusto en todo momento. El precio nos pareció muy adecuado para la calidad de la comida y el servicio. Sin duda, una joya gastronómica en Sevilla a la que volveremos.

Un lugar muy agradable, si quieres cenar algo diferente es el lugar, la atención y el sazón de lujo, el termino de pescados y carnes correcto y una carta de vinos bastante completa

Sitio muy muy bonito a un paso del centro de Sevilla o Triana para comer de calidad. El servicio y la atención tanto por parte de Andrea, como de Luis fue de 10. Volveremos.

1. El sitio es muy agradable, ya habíamos ido otras veces. 2. El camarero fue atento. Lo suelen ser. 3. La cocina es muy muy mejorable. Ha empeorado desde nuestra última visita. La ensalada Anibal, que se supone que debería ser muy llamativa e interesante, consiste básicamente en rúcula con algunos trocitos de nueces, taquitos de jamón y tomatitos cherry., encima de la ensalada un "crujiente" de queso que era lo más flexible que pueda uno imaginarse. No sé con qué antelación lo preparan. Muy muy pobre de ingredientes. Nos desagradó el bajo nivel de la ensalada en todos los aspectos. Siguiendo con los aperitivos, las tostas de anchoas estaban enormemente grasientas, no resultaban crujientes por ese motivo. La lasaña, es minúscula. Sería aceptable si tuviera una calidad magnífica, pero estaba templada y no tenía nada de especial, quizá a su temperatura estaría algo mejor. Ni siquiera un simple café está a la altura de lo mínimo. Por el contrario, fue destacable para bien, tanto por calidad como por cantidad, un pargo a la espalda con una guarnición de patatas muy aceptables. El postre de brownie y varios chocolates sí era bueno. La variedad de carta es escasa. Creo que deberían cuidar el tipo de cocina y tener en cuenta que el nivel de calidad de la cocina, bueno o malo, siempre acaba apreciándose por el cliente. Por otra parte no debería haber ninguna fuente o plato con el más mínimo "picotazo", no se trata de un bar de tapeo popular con barra metálica. Eso es inaceptable. No hay variedad de panes para elegir, ya que, además, lo que ponen es una simple rebanada, no una pieza individual.

Buen restaurante , justo al lado del puente de Triana. Comida deliciosa y de alta calidad y camareros muy atentos . Nos ha encantado . Pedimos gambones con vieiras al ajillo, pargo con salsa vizcaína y lomo bajo de ternera. Todo muy rico

Fuimos a cenar para nuestro aniversario y nos sorprendió tanto el lugar magnífico como la comida de muy buena calidad. Los camareros tenían que atender muchas mesas pero aún así han sido siempre amables y atentos. Hemos comido una entrada de gambas y vieira que estaba buenísima y como platos principales una presa y un entrecôte. Lo que me gustaría destacar sobre todo es la calidad de los ingredientes y el lugar mágico. Volveremos

Sitio genial para cenar!! La terraza es súper bonita, que es donde comimos, pero tenemos que volver para cenar en el interior porque es un espectáculo! El servicios por parte de todos increíble, pero a destacar el servicio de Luis y Andrea que nos atendieron personalmente. Volveremos muy pronto, asegurado!

La decoración es increíble Los camareros muy atentos. Ambiente agradable. Opciones variadas de entrantes y platos para compartir. Y algunos platos de carne y pescado. Muy recomendable

Estando por Sevilla nos decidimos por cenar en este restaurante. Buena ubicación, al otro lado del barrio de Triana y tan solo cruzando su puente te encuentras con este edificio histórico. Cruzas sus puertas y es como si entraras a un museo, su decoración, techos, paredes,...te hacen pararte a disfrutarlo. Pasando por la carta, tienen un producto muy bueno, y te recomiendan bien. Probamos por primera vez las croquetas de rabo de toro, exquisitas, y las alcachofas tremendas. Pero el resto de platos y su postre...genial. La atención que te prestan es atenta. La jefa de sala nos atendió genial, recomendó muy bien y sin duda, Davinson (espero escribirlo bien) un chaval muy atento, educado y servicial, si volvemos por la ciudad volveremos al restaurante, y ojalá lo veamos.