Cal Pare en Sabadell

Un bar de toda la vida! Me encanta cuando vengo a sabadell acercarme a desayunar o a comer porque es comida casera , cuidada y mimada. El servicio genial a veces se les ve apurados pero es normal . El menú diario genial pero los desayunos increíbles

Un lugar antiguo y con mucha personalidad, en el corazón de Sabadell, muy casual y cercano, de aquellos que te hacen sentir como en casa. El menú, por 13 euros, ofrece platos caseros y honestos.

Desayunamos con un amigo, trato amable. Comida casera.

Un sitio típico y antiguo de Sabadell, con las paredes llenas de recuerdos. Con la particularidad de que tiene dos comedores pequeños y en el segundo hay una administración de lotería que sólo se tiene acceso entrando desde el bar, no creo que haya muchos sitios así. La comida muy buena y consistente. Si viene por Sabadell tiene que ir, no le defraudará.

Siempre salgo satisfecho , cuando desayuno

Relación calidad-precio muy buena. Lo mejor, el servicio, un 10.

Sabíamos que este restaurante era un referente en los desayunos de tenedor en Sabadell, además de una parada obligada para muchos ciclistas, así que decidimos ir con un grupo de amigos sin reserva previa. Por suerte, nos acomodaron enseguida, a pesar del ambiente animado y el constante ir y venir de gente. El comedor es muy amplio, perfecto para grupos, y también cuentan con una terraza habilitada para fumadores. En cuanto a la comida, optamos por platos tradicionales y contundentes: una butifarra con pan con tomate, una tortilla de alcachofa y otra de butifarra negra con judías que compartimos. Todo estaba delicioso, bien cocinado y servido en raciones generosas. Un punto fuerte a destacar es la relación calidad-precio, realmente excelente. Se nota que trabajan con buen producto y que saben lo que hacen. El ambiente es animado y ruidoso, pero forma parte de su encanto. El servicio es ágil y amable.

Desayuno de tenedor Sabíamos que este restaurante era un referente de los desayunos de tenedor en Sabadell, además de una parada obligada para muchos ciclistas, así que decidimos ir con un grupo de amigos sin reserva previa. Por suerte, nos acomodaron enseguida, a pesar del ambiente animado y el constante entrar y salir de gente. El comedor es muy amplio, perfecto para grupos y cuentan con una terraza habilitada para fumadores. En cuanto a la comida, optamos por platos tradicionales y contundentes: una butifarra con pan con tomate, una tortilla de alcachofa y otra de butifarra negra con judías que compartimos. Todo estaba delicioso, bien cocinado y servido en raciones generosas. Un punto fuerte a destacar es la relación calidad-precio realmente excelente. Se nota que trabajan con buen producto y saben lo que hacen. El ambiente es animado y ruidoso, pero forma parte de su encanto. El servicio es ágil y amable

Emblamático y de toda la vida, hay que desayunar

Un muy buen sitio para el desayuno.