Cal Magre en Callús

Masia catalana con buena cocina y trato agradable Menú viernes de 20 € super, con platos bien presentados y buena calidad

Consideraba éste sitio como uno de los restaurantes que tenía en mi lista como favoritos. Después de ir hace poco me dejó un mal sabor de boca. Me sorprendió mucho la poca calidad y elaboración de los platos, al menos los que yo comí. Pedí un bacalao, y eso me sirvieron, bacalao, sin ningún tipo de guarnición. El bacalao estaba seco, no me lo acabé. En el postre pedí sorbete de cítricos, me sirvieron dos bolsas de hielo difícil de comer con la cuchara. En fin, mi experiencia no fue tan buena como yo esperaba.

Nos ha gustado mucho, buen servicio y muy atento, la comida buenísima, nos han servido bastante rápida y muy bien, y el precio muy razonable, el único el ambiente, algo ruidoso, quizás hemos cogido un día de muchos grupos familiares grandes con crios, pero eso ya no es cosa del restaurante, muy recomendable.

Buen Lugar para el almuerzo con amigos y unas vistas espectaculares

En el menú infantil pusieron muy poca comida, la espera por la comida fue muy larga, comida poco original.

Recomiendo mucho los platos del menú: raviolis rellenos de setas y el arroz, que estaba de 10

Comimos menú, muy bueno, cantidades muy correctas y precio muy bien El servicio, genial y las vistas maravillosas. Sin duda un lugar para recomendar

El servicio excelente, el vino con una relación calidad/precio como en pocos restaurantes donde he estado, que no son muchos (uno al mes de promedio). Las vistas desde la terraza espectaculares teniendo en cuenta el tipo de suelo y la pluviosidad no puede ser una selva amazónica claro. Ayer 19 de octubre el tiempo era el ideal para haber podido llegar antes y tomar el aperitivo en la terraza y el café después de comer. Tenemos que volver en primavera con buen tiempo y poder disfrutar de esa terraza y las vistas. Un detalle es que la posibilidad del menú infantil también para la abuela de 94 años. Además donde estábamos había una ventana en la parte superior que permite la ventilación y no había corriente de aire incómoda. No estaba lleno pero la disposición de las mesas en principio no parece que agobiase en caso de mayor ocupación. El bacalao de la ensalada estaba muy bien desalado, algo no habitual en los restaurantes que suelen estar algo salados. Propondría algo más fruta en los postres de los menús para adultos y algo más en los infantiles. Los arroces como diría una amiga: “para tenerlo de vecino y que hiciera el arroz los fines de semana o cualquier otra celebración”. A mi me sobraba la picada de nueces sobre el pan con tomate y jamón. Los raviolis de setas también muy muy ricos. No habría estado mal un chupito (y me refiero no un copazo sino lo que es un chupito pequeño de un licor BLANCO tipo orujo, Ginebra, vodka o similares para mejorar la digestión (es pura fisiología, hay un receptor de etanol en el e estómago y aumenta la secreción de ácido y favorece la digestión, no pensar que una botella de vino también tiene etanol y - ya si eso ahí va ese etanol… no así no va el proceso). Volveremos

Creaciones sorprendentes. Una delicia culinaria desde el entrante hasta el postre. Servicio muy amable y cortés. Un chef que sabe cocinar. Excelente. Gran cumplido

Restaurante de comida casera con unos arroces espectaculares. Muy buena atención y buena relación calidad-precio.