Es nuestro lugar favorito para los cafés , tes , y chupitos de sobremesa . El servicio , pulcro , amable , paciente y agradable .
Las vistas al Parque de Amezola desde su terraza porticada muy bonitas, especialmente prácticas las mesas exteriores si vas con niñ@s ya que como el parque está a pocos metros no los pierdes de vista en ningún momento . Ah¡¡ No deje de probar un vino de Cariñena , solo el barman veterano sabía lo que era, si lo acompaña con un pintxo saladito , vuelve seguro . Los chupitos (aguardiente de café, solo muy de vez en cuando para nosotras) en vasitos de tubo muy molones .
Cafetería muy recomendable por la comodidad, el precio (standard de la zona), ubicación ( pisando el parque de Amezola prácticamente) y servicio del personal que son muy agradables y atentos .