Sitio perfecto para tomar un buen desayuno o merienda. Las tartas son caseras y están buenísimas, aunque quizá demasiado dulces.
Actualizo mi reseña: El último día que fuimos pedimos dos pepitos de chocolate que estaban duros como una piedra que se notaba que no eran del mismo día. Aconsejo deshacerse del producto que no esté en aceptables condiciones para el consumo porque por esa mala experiencia se te quitan las ganas de volver.