Cafe Restaurante Ebano en Gijón

Comí con un grupo de amigas y por fin pude comprobar que eran correctas las recomendaciones que me habían hecho respecto a este restaurante. Tomamos platos del menú y no hay queja. La comida muy sabrosa, en su punto y raciones generosas. Tengo un problema de alergia y no podía tomar el entrante que era único. Me trajeron otro plato sin ninguna pega. El personal muy profesional y amable. La única pega quizás el ambiente, el comedor estaba lleno y comimos fuera y es un poco incómodo por el ruido pero soportable. Repetiré seguro.

Buen lugar que ofrece gran variedad de opciones tanto para tomsr un pincho, picotear ,tomar un buen plato del día o hacer una buená comida

Muy buena cocina aunque voy más por los desayunos q son pinchos echos al instante abundantes y muy ricos aunque algo caro

Llegamos de casualidad al ser las 16:30 y no encontrar cocina abierta. Mucha variedad de lo que ellos llaman pinchos(como montados o baguetins/chapadas) con rellenos elaborados. Pedimos cachopo de ternera con pimientos y cachopo de pollo huevo y pimientos (c9n 1 Fanta y 1 Radler por poco mas de 12€). Muy buenos. Servicio muy amable.

Muy buenos pinchos y cafés. Atención correcta y buena localización. Tienen una gran variedad de pinchos y comida para escoger. Además buenos ventanales cerca de la estación de trenes. Pedimos un sándwich mixto y tosta de jamón con tomate y aceite de oliva en el desayuno y todo estaba muy bueno.

Hemos comido 19 personas. Todo muy rico y genial de precio. Y la atención del personal muy buena.

Quiero contarles sobre mi experiencia en el Ébano Café Restaurante, un lugar que me dejó una muy buena impresión y que, por eso, se merece las cuatro estrellas que le puse. Empezando desde la entrada, el ambiente está muy bien logrado. La decoración es elegante, sin ser pretenciosa, con ese toque acogedor que te hace sentir cómodo apenas entras. La iluminación es perfecta: ni tan fuerte que te deslumbre, ni tan tenue que te haga sentir en una cueva. Se nota que cada detalle fue pensado para crear una atmósfera cálida y agradable, ideal para relajarse o compartir una buena charla. Pasando al servicio, tengo que decir que me sentí muy bien atendido. Los meseros son amables y están pendientes sin llegar a ser invasivos, que es algo que siempre aprecio en un restaurante. Desde el primer momento se encargaron de que estuviéramos cómodos y de que no nos faltara nada. La comida no tardó en llegar, y se notaba que estaba hecha al momento, con ingredientes frescos y de calidad. La carta tiene una variedad interesante de opciones, con platos que combinan ingredientes tradicionales y otros un poco más modernos, algo que, en lo personal, siempre llama mi atención. Probé varios platillos y cada uno tenía un sabor bien logrado y auténtico, con porciones que me parecieron justas. Respecto a la comida, tengo que destacar que los sabores estaban bien balanceados y presentados con un toque artístico que hacía que cada plato fuera un placer para la vista antes de serlo para el paladar. Se nota que el chef tiene experiencia y que sabe lo que está haciendo. Lo único que sentí que podía mejorar fue un detalle en la temperatura de algunos platos; uno de ellos llegó un poco más tibio de lo que me habría gustado, aunque tampoco fue algo que arruinara la experiencia. El precio me pareció bastante razonable para la calidad que ofrecen. No es el restaurante más barato, pero considerando el nivel de atención, el ambiente y la calidad de los platillos, sentí que lo que pagué estuvo bien. Creo que es un lugar ideal tanto para una cena en pareja, como para ir con amigos o en familia. Sin embargo, es importante mencionar que la cantidad de gente que llega puede hacer que se ponga un poco ruidoso en horas pico, así que si buscas un ambiente totalmente tranquilo, puede que no siempre sea el caso. La razón por la que no le di cinco estrellas es porque siento que siempre hay espacio para mejorar, y me gustaría ver que en futuras visitas logren pulir esos pequeños detalles como la temperatura de la comida y el control del ruido en las horas más concurridas. Con esos ajustes, estoy seguro de que el Ébano Café Restaurante podría estar en el nivel de excelencia al que aspira y ser de esos lugares que recomendaría sin dudar a cualquiera. En conclusión, es un restaurante al que sin duda volvería, porque la calidad de la comida, la amabilidad del servicio y la buena vibra que tiene el lugar lo convierten en una gran opción para una buena comida o una buena noche en un ambiente agradable.

Hoy estaba recordando lo que hecho de menos los pinchos de éste lugar, buenísimos, los mejores de Gijón para mí (el de cachopin de pollo con setas y salsa curry, una barbaridad) también recomiendo para cañear y alternar. Espero volver pronto

Es una buena cafetería, pero lo que verdaderamente destaca es el pinchin.

Restaurante café muy agradable y abre pronto . Buenos desayunos. Limpio,buen servicio, variedad ,calidad precio . Perfecto. Cerca del hotel ( 50 m ) silken.