Cafe de la Luz en Madrid

Sitio ideal cerca de Gran Vía. Es acogedor, agradable, cercano. Música top, servicio amable y comida y café ricos. Muy recomendable.

Fantástico en todos los aspectos.

El café estaba delicioso, y las tostadas también. Estaba tan bueno que ni siquiera le tomé una foto, jaja. Pero aquí les dejo una foto del lugar, es precioso. Cada detalle lo hace encantador. Incluso pude pagar con mi tarjeta del restaurante.

Es mi cafetería de confianza a la que siempre me gusta ir. El café está buenísimo, el ambiente es agradable y la gente que trabaja allí es muy simpática. Es de esos sitios donde te sientes cómodo y siempre quieres volver.

Cafetería con unos horarios muy amplios y buena opción de comida y bebida durante todo el día. El local es muy vintage, de esos que tiene cada mueble de un estilo. Pero se ve limpio y nuevo. Llegamos a eso de la 13h y el local estaba muy tranquilo. Después se empezó a llenar. No llegamos a los desayunos, pero si al menú de minibrunch, que dura hasta las 15h. El menú incluye una bebida (café o té), zumo, una tostada y un trozo de tarta. Todo por 14.90€. La verdad que está genial. Pedimos dos brunch para 4 y nos salió perfecto de cantidad porque teníamos poca hambre. Debo decir que no me esperaba nada especial, pero las dos tostas que probamos me sorprendieron mucho: por salirse de lo habitual, como la de bacalao ahumado con mayonesa de aguacate, o por su buena calidad del pan. Además estaba bien tostado, crujiente pero sin estar duro. Probamos dos tartas, la de zanahoria y la de queso. Ambas muy ricas, y lo digo siendo muy exigente. Y de tamaño perfecto, no son trozos enormes. El café también estaba rico. Hubo un detalle que nos dejó algo perplejas y es que nos trajeron el bote del ColaCao para servirnos. Además la comida salió algo desordenada, pero sin incidentes. El personal fue amable. La verdad, muy recomendable. Además puedes empezar con un brunch y acabar tomando algo.

Me encantó el ambiente, muy acogedor

Soy cliente habitual por una razón.

Vine a tomar un café y a trabajar un poco. Para empezar, no te permiten sentarte en las mesas bajas a menos que pidas comida, así que si solo quieres una bebida, tienes que sentarte en una mesa alta. Además, no te dejan trabajar con el portátil los fines de semana, sin importar dónde te sientes. Quería acompañar mi capuchino con mi merienda, pero tampoco me lo permitieron. Por último, el capuchino era pequeño y no estaba muy rico. Sin embargo, no probé la comida.

El ambiente era bueno en la cafetería, pero lo único que no me gustó fue la sensación de que me echaran. Estuve allí solo una hora y media. Al entrar, el local estaba vacío y me pidieron que solo me sentara en la mesa pequeña si no quería comer. El local debería dar libertad a cualquiera, ya que es un buen sitio para leer y tomar algo, y si no fuera así, no debería tener esa temática, sino que es una cafetería sin mesa. Después de enchufar el ordenador, me pidieron que lo desconectara, lo cual es comprensible porque había otras cosas conectadas, y me preguntaron si podía cambiarme a otro cuando vi que el enchufe estaba más libre, pero me dijeron que si alguien lo necesitaba, me tendrían que sacar. Había muchas mesas a mi alrededor y cuando llegó gente me pidieron que me fuera inmediatamente después de estar sentado 10 minutos, así que me pareció de mala educación. Vi a mucha gente irse porque no se sentían en un ambiente acogedor y se vieron obligados a comer para encontrar un lugar reconfortante. Realmente desafortunado

He ido a tomar té, cócteles y tartas. Está todo muy bueno. Muy recomendable. Un ambiente tranquilo con la música no demasiado alta