Café Bar Seisu7 en Úbeda

Me parece que tiene una cocina de la que ya no hay , de las de sabor . Si tienes la oportunidad de probar alguno de sus guisos sabrás de lo que hablo . La atención es ligera y amable , las opciones son muchas ; y todo esto lo corrobora la afluencia de parroquianos ubetenses . Volveré sin duda .

Fuimos recomendados por un lugareño de Úbeda y acertamos de lleno. Tuvimos suerte de coger mesa porque estaba todo reservado.De los mejores flamenquines que hemos probado. Las croquetas buenísimas y el ambiente muy tranquilo y agradable. El personal muy amable y profesional.Sin duda lo recomendamos 100%.

Lugar muy tranquilo en pleno centro entre las dos plazas más importantes de la localidad. Servicio impecable, la comida de gran calidad y el personal muy amable. Parada imprescindible.

Increíble desayuno , pan bueno con aceite cosecha temprana , jamón recién cortado … un diez

Un restaurante fenomenal, una visita obligada durante tu estancia en Úbeda. Comida deliciosa, servicio maravilloso: ¡muy recomendable!

Buen y rápido servicio, excelente flamenquin y buenas tapas.

Durante nuestra estancia en Úbeda bajamos el primer día a desayunar y nos gustó tanto que repetimos los consecutivos. Sitio muy agradable. Buen pan y un aceite local espectacular (Verde Esmeralda). Lo mejor, la atención. Super agradables y atentos.

Personas que saben llevar un negocio con profesionalidad y cariño. Decidimos comer de raciones. La verdad que se nos iban los ojos, y el propio camarero nos avisó de que las raciones eran generosas y que nos era mejor pedir menos. Todo estaba excelente, con especial mención al flamenquín XXL, muy rico y bien presentado. Además luego en el postre nos invitaron a un rosquito y chupito. Muy buena calidad precio, y la amabilidad y atención del personal hacen que la experiencia sea muy buena además de comer rico. Totalmente recomendable.

Buen sitio para tomar algo en pleno meollo de la Úbeda monumental. En nuestro caso, un grupo de 10 personas, probamos un poquito de todo: flamenquín, croquetas, revueltos de espárragos y habas (ambos exquisitos), una tabla de jamón y queso, pan con aceite y tomate, lomo de orza, ensaladilla de langostinos y pulpo, y por supuesto los famosos ochíos con morcilla y de postre, tortilla de patatas con callos. El postre ya era demasiado para nuestros sufridos estómagos así que nos ofrecieron un licor de hierbas con el que completamos un "monumental" tapeo. Recomendable reservar porque debido a su ubicación, suele estar macizo de gente y si puede ser en la terraza, mejor.

Servicio de primera, la tapa con la bebida, espectacular y las raciones, totalmente correctas. Lo recomiendo 100%