BUIL & GINÉ en Gratallops

No hay reseñas en coreano. No necesitaba nada más; la vista era increíble. El camino hasta allí daba un poco de miedo porque está en la cima de una montaña, pero valió la pena. Se nota que se esmeran en mantener la habitación limpia, e incluso nos obsequiaron con vino y almendras. Considera que es como si las vistas costaran solo el 30% del precio. El desayuno también era muy limpio y delicioso. No pude hacer la visita a la bodega porque no dominaba mi inglés, pero si lo dominas, puedes reservarla por un costo adicional. Y las estrellas se ven increíblemente bien por la noche. Había luces encendidas, así que era un poco difícil verlas, pero vi la Vía Láctea por primera vez en mi vida. El personal también fue increíblemente amable. Entiendo por qué este lugar tiene una calificación de 4 estrellas, incluso aunque haya alojamientos en lugares como Daegwallyeong.

Recomiendo ampliamente esta bodega. Los vinos superaron con creces mis expectativas: se ofrecían variedades refinadas y poco comunes. La cata tiene una excelente relación calidad-precio: puedes probar sus producciones especiales limitadas, que son botellas de alta gama (y caras). Su personal era experto, atento y apasionado por su oficio. Una pequeña joya en el Priorat para cualquier amante del vino.

Increíble paseo vinícola y cata con Jordi, y un menú degustación "Amics" fenomenal con unas vistas maravillosas y un servicio amable y relajado. ¡Gracias!

Fuimos a hacer una cata rápida. Comprar y beber. Muy atentos y muy buen producto.

Todo fantastico,lastima que los aparatos del aire acondizionado de la habitacion son muy ruidosos y no se puede descansar.

Nos gustaría dar las gracias por la atención recibida, particularmente por cómo nos acogió Roxanna y la maravillosa cata de vinos que nos hizo. Es una persona increíble; pudimos viajar por el pasado, presente y futuro del Priorat de su mano. Nos contestó pacientemente a todas las preguntas y fue muy amable con nosotros en todo momento. ¡Disfrutamos muchísimo de la experiencia! Y al resto de personal, que tuvo en cuenta mis peticiones respecto al gluten, también me gustaría hacer extensivo a mi agradecimiento. La habitación era preciosa y llena de detalles. Hacer un vinito, viendo cómo se esconde el sol tras el Montsant en la terracita, ha sido un verdadero placer. Ha sido increíble toda la experiencia, gracias por dejarnos entrar, un poco, en la historia familiar de sus viñedos. Cuando pruebas el vino, se nota el amor y la dedicación.