Bon Sol en Calvià

No es para mí Un poco anticuado Sin acceso a la playa. Hay muchos escalones La comida es a la carta y puede ser un poco lenta.

El Hotel Bon Sol Resort & Spa es uno de esos hoteles con alma, situado en Illetas, que combina tradición mallorquina con todas las comodidades modernas. Rodeado de jardines y con acceso directo a una pequeña cala privada, es el lugar perfecto para unas vacaciones tranquilas frente al Mediterráneo. Las habitaciones son amplias y acogedoras, muchas de ellas con terraza y vistas al mar. La decoración mantiene ese estilo clásico y elegante que le da un carácter único. Entre sus instalaciones destacan varias piscinas, zonas ajardinadas, pistas deportivas y un completo spa con sauna, masajes y tratamientos ideales para desconectar. La oferta gastronómica es variada y de calidad: desde desayunos con vistas al mar hasta cenas con platos mediterráneos e internacionales servidos con mucho cuidado. El ambiente es relajado y familiar, lo que hace que te sientas como en casa desde el primer día.

Mi pareja y yo pasamos nuestras vacaciones en este maravilloso hotel familiar. El ambiente era muy agradable, ya que el complejo está ubicado directamente en una bahía con abundante vegetación y palmeras. El servicio también fue muy atento y se preocupó muchísimo por el bienestar de los huéspedes. La comida del restaurante de la playa era realmente deliciosa y variada. Recomendamos el hotel al 100%.

Muy bonito complejo hotelero con varias piscinas y acceso al mar.

Personal muy paciente y amable. Deliciosas bebidas de bienvenida, un camarero encantador que además nos recomendó muy bien dónde comer y cenar durante nuestra estancia y descubrir la auténtica gastronomía. Las habitaciones estaban impecables. El baño era maravilloso y las camas eran cómodas. Teníamos un minigolf frente a nosotros (menos privacidad de la esperada), pero podíamos disfrutar de vistas al mar. Lo único que nos molestó fue que el personal de limpieza entraba repetidamente en nuestras habitaciones sin llamar y se gritaban entre sí durante sus turnos, riéndose a carcajadas y corriendo de un lado a otro. Si intentas dormir hasta tarde, eso puede ser molesto. Aun así, todos fueron muy amables y atentos al detalle, y nos ayudaron enseguida cuando necesitábamos algo, así que no quiero quejarme demasiado. El desayuno fue increíble y la ubicación era perfecta para la boda a la que asistimos ese fin de semana. Además, a solo 5-10 minutos a pie de la playa. El Hotel Bon Sol será sin duda nuestra primera opción si alguna vez volvemos a Mallorca. :)

Muy buena ubicación, todo muy bien aseado, para aparcar quizás tienes problemas, el problema de siempre en todo el mundo: masificación.

Muy buen lugar con una vista increíble y playa privada. El servicio estuvo bien. La comida estaba bien, pero el restaurante es demasiado caro. Las habitaciones necesitan algunas mejoras.

Un lugar muy agradable con un servicio impecable. Todo estuvo perfecto.

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ Sin duda, Bon Sol es el mejor lugar en el que nos hemos alojado en nuestros 20 años viajando por el mundo y 15 años como asesores de alojamiento. Es realmente la cumbre de la atención al cliente, donde un servicio excepcional se fusiona con el encanto de antaño. El entorno es simplemente sensacional. Tuvimos una semana complicada tras llegar a Mallorca, ya que nuestra hija se estaba recuperando de una úlcera infectada causada por una estancia anterior en un hotel. Desde el momento en que entramos en Bon Sol, nos sentimos bienvenidos, seguros y relajados al instante. La calidez, la amabilidad y la profesionalidad del personal hicieron que un momento difícil fuera mucho más llevadero. De hecho, nos sentimos un poco culpables por no haber explorado más Mallorca, pero, sinceramente, ¡no queríamos irnos del hotel! La comida, las piscinas, la playa, las vistas, el servicio… todo fue simplemente perfecto. Seguiremos hablando maravillas de Bon Sol durante años. El equilibrio entre cenas elegantes y formales y almuerzos relajados junto a la playa fue ideal. El menú cambiaba a diario, manteniendo la emoción, y cada comida estaba absolutamente deliciosa. Ahora entendemos por qué tantos huéspedes vuelven año tras año: se siente como un segundo hogar, solo que mejor. Gracias, Bon Sol, por hacer nuestra estancia tan especial, incluso con visitas diarias por emergencia. Estamos deseando volver, explorar más la isla y, lo más importante, compartir su maravilloso hotel con amigos y familiares. Nuestro consejo: reserven unos días con pensión completa; vale totalmente la pena. La comida por sí sola es una experiencia.

La ubicación es inmejorable; es perfecta tanto para jóvenes como para mayores. La comida es de primera. La ubicación es inmejorable. ¡Volveremos!