Bohemia en Llanes

Sitio ideal para tomar una copa tranquila el fin de semana. Frecuentado por gente adulta.

Local con mucho encanto. Personal muy amable y profesional. Tienen terraza y el ambiente es muy agradable. Perfecto para el vermú y para comer ya que, aunque es un bar, se come mejor que en muchos restaurantes de la zona. La carta no es muy extensa pero todo lo que probamos estaba delicioso y muy bien preparado. Recomendado la tempura de verduras y la tosta "intensa". Para repetir.

Pequeño bar fuera del ajetreo del centro de Llanes, muy agradable

Expectacular sitio , ideal para disfrutar de tus momentos en buena compañia

El Bohemia, para mí, es el único "refugio" que queda en un Llanes masificado en verano y envejecido y algo rancio fuera de temporada. El local es chiquitín, bonito, acogedor y con encanto, más aún si Verónica, su dueña, te explica que lo ha hecho ella todo: pintar las paredes, la barra, mesas y sillas recicladas y decorar, dando sentido a las fotografías y demás detalles que hay en el local. Además, ¡por suerte!, el Bohemia está fuera del centro masificado. En la terraza, sencilla pero bonita y original (no una fotocopia más de tantas), se puede disfrutar de las vistas a la montaña y las antiguas casas de pescadores con sus galerias. La carta de tapas, tostas y postres (suficiente para tener varias opciones donde elegir, incluidas vegetariana/vegana), es comida rica, casera y hecha con materia prima de buena calidad, ¡y se nota!. El ambiente, en general, es estupendo para pasar un buen rato en compañía o solx, charlando, leyendo un buen libro o disfrutando, sin más, de la música que se oye de fondo. Añadir a todo lo escrito que, tanto Verónica (que además de la dueña he ido descubriendo que es una curranta, buena gente, buena cocinera y además ama la música), como las personas que trabajan con ella... consiguen que parar en el Bohemia se convierta en: momentos de la vida donde unx puede desconectar, relajarse y ser feliz.

Un local pequeñito pero muy guay. El personal es súper amable y la comida está riquísima. Pedimos la tempura de verduras, la tosta “intensa” y la tarta de queso. Estaba todo buenísimo. Sólo le pongo una pequeñísima pega y es que no tienen platos principales como tal. Únicamente entrantes y tostas. Pero bueno la comida está toda muy buena asi que no me importó.

Probablemente uno de los mejores locales de Llanes para tomar algo en buena compañía. A destacar el ambiente, la música y la simpatía y buen hacer de Vero (la chica que dirige el establecimiento) y sus camareros. Y a esto le puedes añadir una carta, sencilla pero bien tratada, donde puedes encontrar raciones de ensaladilla, croquetas, tostas, etc., y alguna que otra tarta muy recomendables. Soy asiduo desde hace tiempo y espero seguir siéndolo durante mucho más. Lo único que no entiendo es que haya una persona que únicamente le ha calificado con una estrella porque no ha encontrado el sitio. Esto último me parece lamentable.

Buscábamos un restaurante auténtico español y quedamos encantados. Las anchoas son excelentes y todos los productos son de calidad, recomiendo el queso tarta ;-)

Cenamos muy bien, todas las trabajadoras son majísimas y te sientes en casa, un sitio muy bueno al que ir fuera de todo el agobio turístico de Llanes, la ensalada de tomate y pesto muy rica, gracias chicas!!! 💕💕

Si buscas un sitio donde el entorno, el ambiente del local, el servicio y la comida tengan armonía (algo complicado) este es el sitio. Aunque está algo retirado del centro (3 min andando, no más) es precisamente lo que aporta a este sitio el primero de sus encantos, un rincón de Llanes que hace de una de sus esquinas su carta de presentación, un corner de buen gusto que salta a la vista con escaleras engalanadas con unos bonitos cojines que te permiten disfrutar de una caña a pie de calle. Asimismo tiene una terraza cuya decoración transmite un "buen rollo" impresionante. El interior del local es si cabe más especial todavía. Para rematar un acogedor ambiente, si eres un amante del blues o del jazz, puedes disfrutar de ellos mientras degustas una caña y una tosta riquísima. El "buen rollo" que transmite el local va en sintonía con el personal, amable, atento... Y por supuesto con su propietaria, con quien tuvimos el placer de charlar y así entender de dónde viene el encanto de este rincón. Felicitarla porque ha conseguido transmitir su personalidad en este bonito lugar. En cuanto a la comida, tiene una carta sencilla que recoge los manjares principales de la tierra. Pedimos una ensalada de burrata que venía servida con un tomate digno de mención. Muy buen producto. Un plato de cecina, ración generosa y de calidad. Por último probamos algunas tostas y la verdad, merecen la pena, elaboradas con originalidad y con buen producto. Precio, muy adecuado para lo que este sitio ofrece. En definitiva, después de 20 años en la zona no sé cómo de nos puedo pasar un sitio así... Acostumbrados a las sidrerías típicas, el bullicio y el precio "adaptado" al turismo, si buscas un sitio especial, este piede ser uno de ellos.