Bodega Lloret en La Unión

Este Bar-Bodega lo abrieron en 1951 y con sus 67 años a la espalda, tiene una cliente muy fiel. Aquí no se viene en busca de elegancia, ni de etiqueta, aquí se viene a comer o a picotear como sí cada uno estuviera en su casa. El local es "cutre" pero tiene mucho encanto porque se respira buen rollo y se come bien a muy buen precio. Lo que he visto es que la gente viene en grupos, sobre todo el comedor que hay dentro, con lo cual significa que a la gente le gusta menos tonteo de etiquetas y más cercanía con los camareros y sobre todo, menos sofisticación en los platos, porque lo importante es comer bien * Hoy después de hacer una ruta de montaña por los alrededores de La Unión, hemos vuelto a este local para tomarnos los famosos michirones y las morcillas que hacen aquí, ha estado muy rico el tentempié que nos hemos tomado

Nos atendieron genial un sitio de visita obligada

Un sitio muy auténtico y con mucho encanto. Nada que ver con las cadenas de restaurantes sin alma. La comida es casera y está buenísima, y el personal es súper amable. Si buscas un restaurante chic, este no es el sitio, pero si quieres comer bien en un lugar local y con ambiente de verdad, te va a encantar. ¡Recomendadísimo!

Una bodega con enorme historia, muy buenos platos hechos a la manera tradicional (michirones, patatas cocidas con ajo, patatas fritas con ajos tiernos, ensalada salvaje (rica, rica), unos boquerones fritos exquisitos y la oreja de cerdo es una delicia); servicio fabuloso y gran ambiente. Cada vez es más popular con lo que recomiendo que el fin de semana, sobre todo, reservéis.

Fuimos cuatro personas a Bodegas Lloret y la experiencia fue excelente. El servicio fue muy rápido y atento, los platos estaban deliciosos especialmente el jamón, espectacular. El trato del personal fue muy bueno y agradable, y el precio nos pareció estupendo. Todo estaba riquísimo. ¡Totalmente recomendable! 🍷🍴

Muy bien la comida y muy bien de precio. El sitio sorprende y tiene encanto, sobre todo la parte de fuera con los pajaritos sueltos. Para mi, la oreja a la plancha, los michirones y el boquerón lo mejor. Lo único malo que no tienen café y que la información de cuando está cerrado no está actualizada ni en la web ni en el tlf que facilitan, asi que un dia que fui, me lo encontré cerrado con una nota en la puerta con la información. Muy recomendable, he vuelto varios veces.

Esta valoración es al restaurante. Servido muy lento con la cocina desbordada. Entre plato y plato podían pasar 20 minutos y eso que el último en traer lo teníamos encargado desde el día de antes. Un gesto que tampoco me gustó es que cuando terminas de comer te traen un porrón de vino dulce y unos frutos secos sin haberlos pedido que te imaginas que es una cortesía pero luego te lo cobran.

La comida bien, aunque han subido los precios bastante. La chica que nos atendió fue muy amable. Hacía muchísimo calor, le hacen falta muchas frigorías a los aparatos de aire acondicionado. Y casi no se podía hablar por el ruido de los comensales.

Una bodega con solera con tapas típicas de la región como micciones, morcilla vegitaliano (morcilla de verano), marinera¡marinero, empanadillas... Comidas caseras de antaño. Todos muy buenos.

La elegancia es un grado. La que tuvo la dueña ,Elena, en ver qué estábamos esperando unas anchoas ( más que recomendable s) y el montadito especial (impresionante) durante un periodo laaaargoooo de tiempo en invitarnos a una ronda y para terminar a chupitos de arroz con leche, y encima espolvoreando la canela. Agradecidos y con promesa de volver!!