Blau de Mar en Arenys de Mar

Muy bueno de comida de proximidad en una antigua casa preciosa, frente al mar. Buen servicio, amable y rápido.

Ubicado en la primera línea del mar, en una encantadora casa indiana de principio del SXX, destaca por la cocina mediterránea de proximidad y temporada: pescado fresco de la lonja, productos ecológicos locales, carnes de Pirineo y arroces. Ambiente acogedor, varias terrazas.

El sitio es bonito. La comida estaba muy buena. Lo malo para mí fue que no había nada sin gluten.

Comida excelente y relación calidad-precio perfecta. La atención del personal también fue genial. El ambiente es muy curado en los detalles. Lo recomendaríamos y seguro volveríamos allí si tuvieramos que ir nuevamente a Arenys de Mar.

Una comida extraordinaria, con un excelente servicio. Recomiendo este restaurante a todo el que de una buena mesa

Un Restaurante coqueto, agradable, la comida muy buena y el servicio excelente. Volveremos!!

Nos alojamos en Lloret de Mar durante una semana de vacaciones, y valió totalmente la pena ir a comer a Blau de Mar, no una, sino dos veces. Cada visita fue un momento inolvidable de nuestro viaje. Desde nuestra llegada, nos trataron no como huéspedes, sino como amigos. El ambiente es cálido y acogedor, y Josep, el propietario, se desvivió por hacernos sentir como en casa, compartiendo su tiempo y excelentes recomendaciones de lugares para visitar en la zona. La comida fue excepcional. Las patatas bravas destacaron tanto por su sabor como por su hermosa presentación. Las zamburiñas con foie gras fueron un plato sorprendente y creativo, verdaderamente único. Y la ensalada de atún era fresca, refinada y muy diferente a lo que se suele encontrar en la zona. Blau de Mar es de esos lugares que se quedan grabados en la memoria, no solo por su gastronomía, sino por su gente y la experiencia. Si estás cerca, no pierdas la oportunidad de visitarlo. Es una auténtica joya en la Costa Brava.

Buen arroz, con un servicio amable y ágil. Menú entre semana más que bueno y bueno

Restaurante situado en una antigua villa justo arriba de la playa, con un aparcamiento público a pocos minutos a pie. Encantadora decoración tradicional, con espacios de comedor en la planta baja y primera planta. Anfitrión, Josep era muy acogedor y agradable. Las ostras eran frescas y sucias, las gambas carpaccio eran elegantes y untuosas. Tanto los mariscos como las inusuales, pero excelentes paellas Magret de canard una alegría. Buena carta de vinos, a un precio razonable. En general una excelente experiencia gastronómica, muy recomendable.

Se trata de un restaurante ubicado en una casa antigua de pueblo a primera línea de mar. Está todo decorado con muy buen gusto, respetando la arquitectura antigua del lugar y con una terraza con buenas vistas. Tienen una muy buena calidad de comida procedente del mar, producto de cercanía de las mismas lonjas del lugar y una buena elaboración. Vale la pena ir.