Baserri Maitea en Forua

La mejor carne jamás probada, impresionante. Pedimos la txuleta y volveríamos a cruzarnos España entera para volver a comerla. Por supuesto el entorno tanto exterior como interior acompaña porque es precioso. Por comentar algo negativo, yo pedí que unos trozos me los pasaran más, primero porque me gusta así la carne y segundo porque mi estómago lo digiere mejor y el comentario de la camarera fue un poco despectivo al hacer referencia a “zapatilla”… estos detalles hay que cuidarlos porque el gusto en la comida es totalmente subjetivo y no se deben hacer ese tipo de comentarios y mucho menos delante del cliente y por esto no le doy la máxima puntuación

Un lugar precioso en una de las zonas más bonitas de Bizkaia. Venía recomendado y repetiré, me he quedado con ganas de probar otros platos y de beber un buen vino (tienen una carta bien extensa). Las croquetas ricas, nada del otro mundo, variadas, 4 elaboraciones: rabo de toro (las más ricas), jamón, espinacas con queso y otras de gamba al ajillo (estás últimas sin más). Sitio muy bien pensado y cuidado. Las presentaciones de los platos al detalle, los sabores muy presentes, quizá en el arroz cremoso con fondo de mar y langostinos un punto de más, dejaba un re-picante que re. El solomillo se deshacía en la boca con el quesito Idiazabal como acompañamiento, de 10. Los postres han cerrado el menú con éxito. A destacar la tartaleta caliente de manzana con helado de queso fresco; espectacular. ¡Volveremos!

Por ese precio hay muchísimos restaurantes en los que se come muchísimo mejor. Más nombre que calidad.

El sitio y su ubicación bien merecen la pena acercarse. Es un viejo caserio rehabilitado manteniendo su esencia. La comida es muy rica y bien cocinada aunque las raciones son muy justas. El entrecotte especial para 2 es casi para 1. Muy recomendable llegar pronto.

Baserri precioso, buena materia prima y buena brasa. Hasta aquí lo bueno. Un poco de humo y ambiente muy cargado en la sala. Servicio muy frio y poco agradable, ni una sonrisa. Y el solomillo pequeño y sin guarnición. Un taco pequeño de buena carne con salsa y ya. Ni patatas, ni pimientitos, ni hongos..... nada?? Lo mismo el cordero, más abundante pero cero guarnición. Pan y listo

Es un restaurante magnífico, en un entorno precioso. Atención muy profesional y cálida , cocina de mucha calidad. Absolutamente recomendable.

Producto de 100, Todo exquisito En su punto. No hay un solo pero. Creo que ha sido uno de los mejores restaurantes donde hemos comido.

El entorno insuperable un Baserri precioso y tanto la comida como el servicio excepcional

Sencillamente de los mejores ,personal 10 comida Vasca Km0 .De lo mejor del Pais Vasco ,Chuleton JAZ de los mejores con un precio mas que justo ,el dueño encantador un especialista en carnes La carne de Frisona esta a nivel 10 con precio 75€ ,limpio y muy muy cuidadoun autentico festival de la profesion .Super recomendable volveremos en junio ahora sera visita obligatoria .

Gran restaurante enclavado en un caserío antiguo. Lo que impacta nada más entrar es lo bien cuidado que está y al mismo tiempo como mantiene ese interior como los caseríos de antaño: todo en madera y con elementos de antaño y a la vez cierta elegancia y clasicismo: maravilloso. Detrás está Juan Antonio Zaldua, que lleva muchos años en el gremio y tuvo un mítico asador especializado en chuletas ubicado en Pedernales. Se nota en el buen hacer de la casa con una cocina de corte tradicional, buena materia prima y muchas elaboraciones en la parrilla que está en el comedor a la vista del comensal. Comimos a la carta todo para compartir entre dos: un surtido de croquetas, el begihaundi y chuleta con pimientos. Todo de buen nivel, las croquetas caseras, bastante cremosas y bien fritas, crujientes y sin exceso de aceite. Las mejores para mí las de gamba, con intenso sabor. A continuación el begihaundi, gran frescura y perfecto de punto: de textura muy buena: con mordida pero nada duro ni gomoso, venía acompado de una especie de pilpil maravilloso. Para terminar me gustó mucho la chuleta. Punto y temperatura muy buenos: tierna y con grasa buena, de sabor a carne pero no excesivamente intenso ni con una maduración larga. El gusto a brasa se percibe (casi hasta de más). Como colofón una torrija que viene con una salsa cítrica, de naranja. A mí que me gustan los cítricos me encantó: golosa, sin empalagar y jugosa a más no poder. El servicio fue correcto, sobrio algo seco pero con buena atención. En resumen, sitio para una buena comida, entorno bucólico perfecto para cualquier ocasión ya sea familiar, en parejas y hasta para bodas. El caserío es precioso y su terraza también para tomar algo antes de la comida. De precio es elevado pero la buena materia prima, elaboración con mimo, casera y el espacio hay que pagarlo.