Barrabas en Sevilla

Carlos un excelente camarero. El trato y el servicio genial. Muy atento.

Cerveza fría y un lugar acogedor con buenas tapas. Destaca la fantástica atención de Juanjo.

Un gran descubrimiento en nuestra estancia en Sevilla, recomiendo su salmorejo, chipirones y la carrillera, pero todo estaba excelente, servicio rápido, nosotros fuimos con reserva via web. Tienen trona para niños.

Barrabars se convierte nuevamente en un acierto infalible. Guisos muy buenos y la torrija con helado de vainilla ufffff de repetir muchas veces .

Un lugar con esencia propia, situado frente al museo de Bellas Artes de Sevilla. Puntuales, serviciales y profesionales en el trato, tiene una carta amplia y muy diversa, que explora los vestigios de la cocina tradicional y los fusiona con nuevos sabores. Las tapas de puchero son ideales para abrir boca un día otoñal, y sus gildas el complemento perfecto de un vermut Lustau. La oferta de quesos es selecta y de calidad, bien servidos y aderezados con confitura casera. Después, un surtido de croquetas coronó nuestra primera parte de la experiencia: chistorra, jamón y chipirones en su tinta fueron las variedades ofertados, suaves al paladar e intensos en aroma y sabor. Y para coronar un menú de lujo, las especialidades de carnes y arroces. Nos decantamos por el arroz con carrillera al Pedro Ximénez, todo un acierto. Los postres, pocos pero todos de calidad, y una selecta carta de vinos cumplimentan una carta pensada para que el cliente no solo disfrute de una fiesta de sabores, sino que también guarde el deseo de volver a Barrabars.

Un entorno encantador y una comida deliciosa. Un restaurante del que te sentirás muy satisfecho.

Todo espectacular y muy buen servicio.

Buenas tapas ,arroces y un trato excelente, imprescindible en tu visita a Sevilla. Nos llevamos un grato sabor de boca. Un saludo a Carlos que nos hizo sentir como en casa.

Cocina regional, productos frescos y excelentes vinos. En resumen, recomiendo encarecidamente este lugar... una pareja belga de vacaciones.

La verdad que la comida estaba bien,era la primera vez que iba,yo suelo ir al del Porvenir y me encanta.Lo que me llamó la atención no fue la comida,si no las uñas de una de las camareras que estaban más negras que el carbón,para atender al público y en un sitio donde sirven comidas que menos que una higiene impecable.