Bar POKHARA en San Sebastián

30/06/2025: Una joya gastronómica en pleno Casco Viejo de San Sebastián Durante nuestra visita de fin de semana a San Sebastián, descubrimos Ormazabal, un restaurante en el corazón del Casco Viejo que nos dejó completamente enamorados. Es un sitio que combina a la perfección una gastronomía vasca moderna y de autor con una atención al cliente cercana y exquisita. Los platos son espectaculares, con una presentación cuidada y sabores que sorprenden en cada bocado. Desde los entrantes hasta el postre, todo estaba riquísimo. Se nota el mimo y la calidad en cada detalle. El ambiente es acogedor, el servicio es de 10 y el personal es tan cercano que te hacen sentir como en casa. Sin duda, un restaurante imprescindible en San Sebastián para quienes buscan una experiencia culinaria auténtica en el centro histórico de la ciudad. ¡Volveremos sin duda!

29/06/2025: ¡Una auténtica oda a la cocina vasca más tradicional, casera y de una calidad que emociona! Paseábamos por el encantador casco viejo, dejándonos llevar por sus calles llenas de historia y sabor, cuando el hambre nos animó a hacer una parada. ¡Y qué parada tan acertada! El restaurante Ormazabal no solo nos ofreció un festín inolvidable, sino también una bienvenida tan cálida que, desde el primer momento, nos sentimos parte de la familia. La atención del personal fue simplemente impecable: cercana, amable, y con ese toque humano que marca la diferencia. Entre txakolis y zuritos, brindamos por un fin de semana de homenaje que ya se nos antojaba inolvidable. Habíamos oído maravillas sobre sus croquetas... pero no hay palabra que les haga justicia. En cuanto las probamos, entendimos que no eran simples croquetas: eran bocados de pura gloria, con una cremosidad y sabor que nos dejó sin palabras. Nos recomendaron una tapa de vainas de temporada con yema de huevo y tacos de jamón. Sublime. Cada bocado era un equilibrio perfecto de textura y sabor, capaz de sorprender hasta al paladar más exigente. Y qué decir de la carrillera con puré de patata… ¡una obra maestra! Melosa, intensa, con un puré sedoso que pedía pan para no dejar ni rastro. Y así fue: no sobró ni una miga. En definitiva, Ormazabal es una parada obligatoria para quienes saben apreciar el mimo al producto, la tradición bien entendida y la hospitalidad que te hace sentir en casa. ¡Eskerrik asko, familia! Volveremos sin duda.