Matavinos en Cehegín

Excelente lugar para tomar algo y para comer. Es un sitio muy limpio, nuevo, agradable y con un clima excepcional! La comida es buena (el menú, no tanto) pero los platos de carta se veían exquisitos. Sin duda recomendable.

Bon accueil Cuisine très bonne Très bonne qualité Dommage que j y sois allé mon dernier soir Ce n est pas un attrape touriste

Desayunamos muchas mañanas, pues el restaurante está dentro de nuestro recorrido motero. Me gustan mucho sus tostadas con aceite y otras cosas, buen café, buenos zumos naturales y buen servicio. Precio en relación

Increíble la comida y su personal muy profesionales y familiares..Es un sitio qie cuando lo pruebes no puedes dejar de ir

Comida muy buena y menú asequible. Lo mejor, disfrutar de los platos que van trayendo de cocina. Repetiremos sin duda

Llevamos a nuestros amigos a almorzar hoy y tuvimos la mejor comida que hemos tenido. En lugar de revisar el menú y decidir qué pedir, le pedimos al chef que enviara los platos. Absolutamente increible. El servicio fue fantástico. Muchas gracias.

Sitio acogedor. Buena comida y trato familiar

Durante el verano, tuve la oportunidad de ser invitado a “Gastrobar Matavinos”, un encantador establecimiento conocido por su cálida hospitalidad. Aunque el aparcamiento puede ser un desafío, ya que el sol inclemente no ofrece tregua, este detalle palidece en comparación con lo que el gastrobar tiene para ofrecer. Lo que realmente resalta es el trato familiar y cercano que brindan. Es evidente que ponen el corazón en cada interacción, creando una atmósfera acogedora que te hace sentir como en casa. En cuanto a la comida, aunque no tuve la suerte de elegir directamente del menú debido a una distracción, la selección de platos variados que nos sirvieron fue una grata sorpresa. Las croquetas de gambas eran exquisitas, con una textura perfecta y un sabor que capturaba la esencia del mar. La pata de pulpo asada era otro triunfo culinario, tierna y sabrosa, un verdadero deleite. Sin embargo, no todo fue de mi agrado. El tataki, ya sea de atún o salmón, no logró conquistar mi paladar, aunque mis acompañantes discreparon, encontrándolo excepcional. Las tostadas de sardina ahumada con mayonesa de aguacate también recibieron elogios, aunque no tuve la oportunidad de probarlas. Debo admitir que salí con algo de hambre, pero mis compañeros quedaron más que satisfechos. La próxima vez, tomaré las riendas y haré mi propia elección del menú. Para endulzar el final, el postre fue excepcionalmente bueno. Adjunto algunas fotos para que puedan apreciar la presentación de los platos. En resumen, “Gastrobar Matavinos” ofrece una experiencia culinaria con altibajos personales, pero con una calidad y calidez que invitan a darle una segunda oportunidad.