Bar Ma Juana en El Campello

En este restaurante de propiedad familiar se encuentra muy buena comida, un servicio perfecto y muy amable. Este lugar se convirtió en uno de los favoritos de la zona. Muy recomendable.

No hemos comido nunca en el local, pero vamos a tomar una cervecita después de hacer recaditos por el pueblo. Está bien ubicado, la cerveza la sirven bastante fría y lo mejor son las patatas fritas de churrería que te ponen de aperitivo.

Ambiente muy bueno. Servicio muy atento, amables y rápidos. Y la comida mucho mejor, está todo riquísimo y con un toque personal.

Pedimos carrillera y unos tacos. Ambos platos estaban bastante buenos. La camarera nos dijo que pedir una tabla de fiambres ya sería demasiado. Menos mal que no vinimos con amigos del norte porque a nosotros nos pareció bien escaso. Ese día parece que tenían más público de lo normal porque tampoco tuvieron nada de postres. El camarero majo nos quiso invitar a unos chupitos de mistela. Pasaron 15 minutos y no apareció nadie. Pd1: Perdón por el tercio que se nos rompió a última hora. Pd2: la música que tenían dentro del bar, posiblemente la mejor de todo El Campello.

Uno de mis bares favoritos. Con mucho gusto una y otra vez.

Sitio muy recomendable. La comida muy buena, recomiendo la carrilera y los tacos. Los camareros son muy majos, la camarera muy graciosa y el ambiente en general bien. Situado en buena zona y con buena terraza.

Muy bien. Muy amables y atentos. Bocadillo "frío" con el pan calentito...excelente. Muchas gracias! Solo falta que hagan hamburguesas, que seguro las harían riquísimas 😊

Me lo recomendó una amiga de la asociación de vecinos y nos sorprendió gratamente. Repetiremos

Pedimos los tacos Ma Juana,la especialidad de la casa, que sorprende por su magnífico sabor. Las alitas de la casa con polvos de Kiko fue una gran explosión de sabor en la boca. De entrante pedimos unos mejillones de la bahía al vapor que fueron de lo mejorcito que he comido nunca. Además también nos engatusamos de una ensaladilla y de unos callos que nada tienen que envidiar a los famosos castizos. Además la camarera nos ofreció un trato digno de Felipe II en cuanto a amabilidad, conversación y servicio. Muy muy recomendable

Raciones muy ricas. Y la atención de diez. Incluso vino el cocinero a preguntar qué nos había parecido la comida y si teníamos alguna sugerencia que hacer. Volveremos.