Bar La Peña en Leganés

Llevo viniendo a este bar desde 1.970 a comer su conejo ajimoroji, único en Madrid. Nunca decepcionan su conejo y sus caracoles. Tienes otras opciones si quieres pero lo clásico es comer unos caracoles de entrada, una ensalada y conejo. Sólo un pero, el precio ha subido de manera exponencial y aunque parezca mentira comer un conejo, unos caracoles, una ensalada pequeña y un único postre para dos personas con vino y gaseosa se pone en 67€. Exageradamente caro para este tipo de local, donde debes comer con prisas por el segundo turno con mantel de papel y servilletas de papel. Hoy, 17/11/24 he vuelto. Sigue igual, lo mejor son sus camareros y lo peor la dueña. El resto sigue igual de rico, bueno, todo menos ese aglomerado que llaman nata. Más que nata parece aglomerado para hacer tableros. Insisto, lo mejor sus camareros

Un señor, creo que debería de ser el dueño, muy amable metió los dedos en el plato de mi mujer para indicarle que los huesos iban en el plato que acababa de ponernos. Seguramente lo hizo con la mejor intención pero fue un poco asqueroso y surrealista. Pero el resto del personal muy atento. La comida correcta por el precio del menú.

Muy buen trató y el conejo muy rico todo genial los camareros estupendos, para repetir.

Conejo al ajillo buenísimo, sitio muy ruidoso, la atención del personal rapida.

Voy desde hace más de 20 años, restaurante de comida casera, un pollo y conejo al ajimoroji de 10, los torreznos superior. Cada vez que voy salgo pensando en cuando volvere. Nunca falla. Si estás por la zona tienes que entrar.

Muy bueno el conejo y el pollo pero cada vez que vas ,vale más caro lo han subido en poco tiempo mucho. La gente muy agradable ,llevamos llendo allí hace más de 25 años

El mejor sitio para comer conejos al ajimoroji de Madrid.

Como siempre no defrauda.comida buenisima.Faltaria una buena reforma del local..pq está bastante obsoleto para los tiempos q corren pero los platos típicos están de 10

Tengo 54 años y lo llevo visitando desde niño , recuerdo a Aquilino detrás de los cristales de la cocina y las llamaradas que se veían desde el mostrador tomando un corto clara y unos caracoles con mis padres

Tanto el conejo y el pollo, muy bueno, pero el ambiente, de lo alto que hablan no se oía ni al camarero. Parecía un gallinero.