10/05/2025: La verdad es que no cumple las expectativas. No siempre se aprende al lado de un maestro y este parece ser el caso.
Los platos tienen un denominador común en el sabor que los homogeneiza en exceso.
El servicio, despistado, contribuye a que la sensación al finalizar no se acerque a la felicidad.
09/05/2025: He tenido la suerte de disfrutar en dos ocasiones de la experiencia gastronómica del restaurante Sobretabla, en Sevilla. Una en uno de sus reservados, y otra en la zona común del restaurante. En ambas, el nivel de excelencia ha sido constante: el servicio, la atención al cliente y la profesionalidad se sienten en cada detalle, desde que uno entra hasta que se despide.
Sobretabla es un restaurante donde se percibe de primera mano la sensibilidad tanto en cocina como en sala. Camila, al mando de los fogones, expresa una cocina personal, refinada y con identidad. Robert, desde la sala, interpreta a la perfección ese universo culinario y lo eleva gracias a su maestría como sumiller y anfitrión. Su forma de conectar la gastronomía líquida con la sólida es, sencillamente, excepcional.
Aquí, uno debe dejarse llevar. Salir de la zona de confort. Dejarse recomendar. Robert será tu guía gastronómico en esta casa y el viaje será completo. Sobretabla es una propuesta que, como sevillano, me hace sentir orgulloso de que Camila y Robert hayan elegido esta ciudad para compartir su talento con el mundo.
Quiero detenerme en el nombre del restaurante, porque guarda un simbolismo profundo. En el mundo del vino andaluz, y más concretamente en el Marco de Jerez, una bota de “sobretabla” es donde llega el vino nuevo. Se fortifica, se redondea, se prepara. Posteriormente, entra en el dinámico sistema de criaderas y soleras, donde el tiempo y el saber hacer lo transforman. Así también es este restaurante: uno llega como vino nuevo, se fortalece con la experiencia gastronómica y sale renovado, más sabio, más pleno.
Sobretabla es un lugar para el iniciado que quiere convertirse en aficionado, y para el aficionado que quiere formar parte de la gran solera de la gastronomía nacional. Aquí lo joven y lo veterano, lo nuevo y lo clásico, conviven y se enriquecen mutuamente. Eso, en definitiva, es la experiencia gastronómica: un viaje de sabores, emociones y memoria.
Os invito a venir a Sobretabla. A dejaros llevar por Robert en la sala, y a dejaros seducir por la cocina de Camila. No os decepcionarán.