Bar La Bolera en La Vall d'Uixó

Muy buena comida y un gran servicio

Segunda visita… y sigue siendo un acierto 🍲👍 Este es el segundo año que paso por La Bolera y vuelvo a salir igual de satisfecho. Comida casera de verdad, precios ajustados (nada de clavadas de zona turística 💸) y ese aire de restaurante de toda la vida que uno agradece cuando busca comer bien sin artificios ni sustos en la cuenta. Eso sí, si hay algo que ya me llamó la atención el año pasado y que sigue igual, es el tema de los baños 🚻. No es que uno espere lujos, pero un restaurante donde cuidan tanto la cocina no debería descuidar algo tan básico: la tapa del WC. Tener que sentarse directamente sobre la loza —ya sea en el baño de caballeros o el de señoras— no es muy higiénico… ni muy digno, sinceramente. Un detalle que desentona con lo bien que funciona el resto. Aun con eso, lo recomiendo sin dudar. Pero si el año que viene vuelvo (que seguramente lo haré 😉), espero poder decir que han arreglado ese pequeño pero importante detalle.

Comida exquisita, bien presentada, precios razonables. Postre casero, carajillo de locura, lo más bueno que he probado nunca . El servicio muy bueno, las chicas rápidas y simpáticas. Muy recomendable. Si visitáis las cuevas de san José, después comer aquí, eso si, reservad.

Excelente, de principio a fin! 👏🏾👏🏾👏🏾 El revuelto de habas, codillo y yogurt de postre! Tremendo 🤩

Comida rica y abundante, buen precio, eso si, pónganle mute a las cotorras de la mesa de al lado que no paran de hablar 😂

Muy buena cocina y muy buena atención

Fuimos a comer a Bar La Bolera y, sinceramente, la paciencia fue el ingrediente estrella del día. Llegamos a las 14:00 y los primeros platos salieron a la media hora, lo cual no estuvo mal. Sin embargo, los segundos se hicieron esperar hasta más allá de las 16:00, como si los estuvieran preparando a fuego lento con una vela en lugar de en una cocina decente. La comida, eso sí, estaba sabrosa, no puedo negarlo, pero el servicio fue desesperantemente lento, de esos que te hacen mirar el reloj cada cinco minutos. El local, pequeño y ruidoso, parecía una tertulia improvisada: todos los clientes hablando alto para hacerse oír, hasta el punto de que casi no escuchas ni al que tienes enfrente. El menú costaba 18 euros, y el infantil, 12, que en realidad era medio menú normal. Si no tienes planes para la tarde y te gusta comer con el bullicio de las conversaciones ajenas, puede que te encaje.

Muy buena experiencia,muchos platos para elegir,me ha gustado todo......para repetir

Espectacular!! Comida muy buena, sin escatimar nada en ingredientes lo cual se agradece mucho, con buena guarnición y salsas. Raciones generosas y muchos platos a elegir en el menú del día a un precio muy competitivo. Buen trato, sitio muy tranquilo y familiar. Da gusto ir a comer a un sitio asi.

Atencion extraordinaria,variedad de platos,local muy aseado,comida muy buena. Seguro que en breve volvemos a ir. La camarera( mireya) un 10.