Bar La Aceituna en Burgos

Celebramos el cumpleaños de nuestro amigo Raul y lo pasamos genial. El pastel de cabracho estaba para ponerle una mercería, las croquetas eran de otra dimensión, comerlas era como un encuentro en la tercera fase, las patatas juegan en otra liga, sabrosas, jugosas, tiernas y las salsas podían hacer llorar al mas duro del salón. Los ravioli rellenos eran de medalla de oro, el pastrami digno de la mejor trattería de la península itálica, y los perritos calientes, que puedo decir de esos perritos, tenéis que probarlos de verdad. Creo que se me olvida algo, lo siento. Todo ello regado con unos vinos estupendos y un champán sublime. Copas, cafés, chupitos y un ambiente espectacular. Muchas gracias y una vez mas felicitsr a Raul por su cumpleaños y su generosidad y por aguantar a toda esa tropa y muchas gracias al equipo de La Aceituna..

Excelente sitio para picotear. Trato muy amable y profesional.

Un bonito local, antigua bodega de barrio restaurada, en la parte alta de la ciudad de Burgos, un poco apartado del meollo pero a su vez cerca de la catedral, donde poder tomar unas cañas, vinos y raciones, elaboradas con gusto. Los canelones, el guacamole casero y el provolone muy muy buenos. Tiene una pequeña terraza delante para disfrutar los pocos días de calor en la ciudad y el servicio es muy atento.