Bar El Tozu en Caso

Un sitio espectacular, unas vistas y una paz absoluta y la comida la mejor que probé en mi vida, súper recomendable sin duda volveré

Es un restaurante con comida deliciosa y vistas inmejorables. Un plato que debería ser obligatorio pedir es el pastel de maíz. Mi favorito. He ido varias veces y sé que volveré.

Comimos muy bien y trato muy amable

Rincón para comer con unas vistas espectaculares. Me han dado de comer a pesar de ser casi las 5 de la tarde, muy amables, rápido y sobre todo buenísimo. Muy recomendable.

Lugar increíble,hemos ido 4 personas y nos han atendido de maravilla,comimos aguacates,pastel de maíz ,verdinas con pulpo y callos más postres todo muy bueno,nos sorprendiero las verdinas y los aguacates,el pastel muy original y los callos echamos en falta un poco más de chup chup casero pero estaban buenos de todas maneras,volveremos a probar más platos

Nos ha encantado, el sitio super acogedor, me ha parecido muy especial, como estar en casa. Buenas vistas, buena comida y el trato super cercano y agradable, siempre sonriendo. Volveremos sin duda.

Explendidas vistas, muy familiar, trato cercano, buena gente, buena comida, deliciosa, calorin por el invierno, muy atentos al cliente

Sitio con mucha personalidad, la comida excelente, y el trato muy familiar.

Acudimos en familia, recomendados por unos "locales" de la zona. No defraudó ni un ápice. La ubicación es preciosa y, sorprendentemente, la carretera de acceso a Tozu está en muy buen estado en comparación con la de La Collada. Por la propia naturaleza del negocio, se requiere de reserva previa, también del menú. Un menú que tiene una exótica pero equilibrada mezcla entre platos tradicionales asturianos y otros propios de Chile, Perú... Es la misma mezcla de raíces que dan una riqueza singular tambien al propio personal, atento, amable y cercano. No pudimos probar, esta primera vez, todo lo que nos habría gustado..las verdinas con pulpu merecen por sí solas la visita, muy sabrosas aunque conviene reseñar que no muy suaves (les fabes). Las empanadillas chilenas fueron un gran descubrimiento: rellenas de carne especiada, condimentada potentemente y acompañadas de una salsa picante para darles aún más alegría. Buenísimas. Nos encantó también el ceviche, que para gustos no estrenados puede resultar un plato un tanto deslavazado, pero a mí me cautivó (en este caso creo que era de corvina). A la pequeña se le antojó el cachopo y la verdad es que también fue un acierto, con el empanado como debe ser y servido con unas excelentes patatas fritas. No será tradicional, pero está rico y triunfa. Unos precios ajustados redondean una experiencia que no es irrepetible, al contrario; es oara repetir con mucho gusto.

Sitio pequeño y muy acogedor. Comida excelente y un trato exquisito. Vistas increíbles. Un lugar con encanto. Para repetir