Sitio pequeño, agradable pero con bastante ruido de la gente hablando, el pan del almuerzo estaba demasiado blando, buen ambiente, acceso muy céntrico, aconsejable acceder andando.
Después de un día duro de trabajo que estuvimos ayudando en Alfafar a estar quitando barro y lodo con unos amigos de Logroño, que habían venido a ayudarnos llegamos a Betera veníamos hambrientos, llegamos tarde para las 22:30 y nos atendieron espectacularmente gente muy amable y nos dejaron reponer fuerzas, un rato muy agradables, sin darnos ninguna prisa para que nos marcháramos cuando ya eran unas horas muy tarde. La comida muy agradable pero estamos tan agotados que todos nos hubiera sabido gloria pero sobre todo fue lo bien que estuvimos
Fuimos a cenar, y cenamos genial. El sitio es tranquilo y bonito. La carta es elaborada, y productos de calidad, nada de congelados. Se nota que todo lo hacen con mucho cariño y cuidado. El servicio genial también. Volveremos!
Todo bien, carta con abundante tapeo, y buena cocina. El único pero es la espera, seguramente la cocina no da lo suficiente para servir a buena velocidad cuando tienen varias mesas. Hay que tener algo de paciencia, aunque sin ser un abuso.