Bar Coral en Pollença

Descubrimos este restaurante casi al azar dando un paseo y como lo que buscamos siempre son restaurantes auténticos, tradicionales y familiares, pensamos que lo encontramos. El restaurante regentado por la misma familia desde 1969 tiene una carta de platos mallorquines, sin ninguna pretensión más que la de ofrecer comida casera. Nos decidimos por el tumbet con sardinas y el tumbet de merluza de pincho, hicimos una entrada pequeña de gambas al ajillo y pimientos del padrón con pan y alioli. El tumbet estaba muy tierno y gustoso, las verduras estaban cortadas finitas como a mi me gustan y el pescado era tierno y fresco. Las sardinas estaban abiertas y limpias de espinas, ligeramente rebozadas, en su punto. El restaurante estaba lleno, llegamos sin reserva un lunes, no hubo problema porque éramos dos, pero recomiendo reservar. El servicio y el propietario fueron muy amables y atentos siempre en todas las mesas. Precio, calidad, cantidad fue apropiado.