Bar Carmela de Santa Maria la Blanca en Sevilla

Fuimos para comer a mediodía en familia, con una niña de 3 años. Personal muy amable. La comida muy rica. Servicio rápido. Os recomendamos la croquetas, las espinacas con garbanzos, la quiche vegetariana, los huevos con jamón y patatas y el salmorejo.

Buena relación calidad-precio. Un poco de espera para la hamburguesa con churros, pero por lo demás muy bien.

La tarta de lima y limón fue inesperadamente uno de los postres más ricos que he comido en mi vida.

Los camareros son muy amables. Pero la comida no está muy rica. La paella no está rica. Las patatas están muy ricas.

Sirven rápido. Los calamares a la plancha están riquísimos. La ensalada mixta está buena. Lleva aceitunas, está deliciosa.

EXCELENTE. Todo estuvo estupendo. Si eres vegetariano, no te decepcionarás... ¡Ve! ¡El café es increíble! ¡La cerveza es muy refrescante! ☺️

Cobran R$2,60 por una cerveza y te sirven medio vaso; eso es un robo y una falta de respeto al cliente. El ambiente es bueno, pero hay mendigos que te molestan constantemente, lo que hace que la experiencia sea estresante. La comida es básica y muy cara para lo que ofrece. Al lado hay una iglesia cuya campana suena sin parar a ciertas horas. No volvería y no se lo recomendaría a nadie. Copa de vino R$3,50 Media cerveza R$2,60

Excelentes tapas, buen servicio, ¡ninguna queja!

Esta cafetería estaba justo enfrente del hotel Casa Judería, donde me alojaba unas noches. Fui caminando dos mañanas a desayunar. El camarero fue muy atento y me atendieron rápidamente. Por desgracia, ayer por la tarde fui a pedir un café con leche y agua y me senté en una de las mesas de la esquina. Estuve solo cinco minutos y pensé que sería mejor que la camarera me viera. Fui educado y ella reconoció mi presencia, pero pareció molestarse porque le había llamado la atención. Estuve sentado allí al menos diez minutos sin que me atendiera, así que me trasladé a una mesa frente a la zona de servicio. Los camareros me ignoraron y recogieron las mesas a mi alrededor sin saludarme. Después de otros diez minutos sentado solo y sintiéndome incómodo, la camarera finalmente tomó mi pedido. Le hablé educadamente, en español, para expresar mi frustración. Lo que quiero decir es que el servicio y la actitud del personal fueron pésimos. Por favor, comprenda que es de mala educación que me despidan como mujer soltera en una ciudad extraña, especialmente porque el camarero me reconoció del desayuno cuando estuve allí.

El concepto de este bar no está mal, pero necesita mejorar....para un extranjero puede que le lleve la experiencia, pero para los nacionales y sobre todo los locales, se queda un poco corto. La ubicación excepcional, ya que se encuentra en una placita pequeña en un barrio tranquilo. Servicio muy tranquilo, tirando a servicio caserillo y poco profesional....vimos gente que se levantó y se fue , ya que no los atendía... La comida en general correcta, aunque no te va ha sorprender.