Bar Benifallim en Benifallim

​🌟 Experiencia maravillosa, cercana y familiar. ​¿Sabes esos días en los que te apetece salir a la montaña y comer bien por una celebración familiar? Así empezó todo: abrimos Google Maps, buscamos sin referencias previas y acabamos en Benifallim, en el Tierra y Bar. Y qué acierto. Fue un día perfecto no planificado. ​Aquí os dejo nuestra experiencia y algunos consejos para que la disfrutéis tanto como nosotros: ​🥘 La comida y el "incidente" de la reserva. Íbamos con la idea fija de comer el típico arroz al horno de la zona. Como lo decidimos sobre la marcha, reservamos por Google solo 2 horas antes... ¡Error de novatos! 😂 Rápidamente entendimos que aquí las cosas se hacen con cariño y tiempo: para el arroz al horno hay que llamar y reservar con días de antelación, ya que tiene su ritual y hay que prepararlo. ​Aun así, el trato fue excepcional. Como llegamos temprano (12:00), nos ofrecieron una alternativa: un arroz de secreto para cuatro que estaba buenísimo. ​El menú: No es muy extenso, pero lo que tienen es de calidad. En el almuerzo, tomamos cafe y compartimos bocadillo de longaniza y queso. ​Para picar: Pedimos boquerones fritos y calamares a la romana. Y de comer el arroz. ​🔥 El ambiente: desconexión total Almorzamos y comimos allí mismo. El sitio es refugio puro: sin cobertura móvil, cerca del calor de una chimenea de leña y lejos del ruido urbano. Solo disfrutar de la compañía sin más pretensiones. Estuvimos muy a gusto. ​🚗 Un consejo de oro para aparcar. No intentéis aparcar en la misma puerta. Lo mejor es seguir recto subiendo la cuesta; arriba a la izquierda encontraréis un descampado donde se puede aparcar sin problemas. Calle estrecha, ojo. ​💬 Conclusión. Nos vamos encantados con el descubrimiento. Sin duda volveremos (esta vez reservando con tiempo) para comernos ese buen Arroz al horno que nos ha quedado pendiente. Nota: pago en efectivo o Bizum.

Cocina tradicional en un precioso local con ambiente de pueblo. Vale la pena entrar en Benifallim y dejarse sorprender por el arroz, las tapas y el postre casero.

He ido con mi padre para el almuerzo. Se les ven con ganas de agradar y dar un buen servicio en un pequeño pueblo con encanto de la montaña. Repetiremos!!!

Gente muy amable y apasionada del ciclismo. Es una parada obligada si has hecho alguna de las hermosas subidas que rodean el pueblo.