Un anfitrión estupendo que sirvió deliciosa y auténtica comida casera. Disfruté de unas copas con mi familia, incluyendo un vino delicioso que recomendó el propietario. Sin duda volveré.
Desayunar o comer aquí, se está haciendo una tradición maravillosa, es como estar en casa y en familia, además de que todo está buenísimo, el trato es de diez, y sus anfitriones Luis y Eva hacen que te sientas en un hogar.... Sin duda invito a todos a que les conozcan, y a toda la naturaleza que les rodea.