Bagá en Jaén

Esta tienda está ubicada en Jaén, famosa por su producción de aceitunas y conocida por ser el restaurante Michelin más pequeño de Europa. Este fue mi restaurante favorito de los 7 a 8 restaurantes Michelin que visité durante mi estancia de 2 semanas en España. En otras palabras, el nivel más alto de mi vida. Si bien hay muchos restaurantes de alto nivel que buscan sorpresas inspiradas en El Bulli, este restaurante tiene una estructura y presentación más minimalista que la cocina japonesa, y el sabor de cada plato es perfecto. Jaén es un lugar al que no puedes ir a menos que alquiles un coche, pero merece la pena visitarlo sólo por ver esta tienda. Hay una catedral bastante grande, y también puedes alojarte en el parador. Definitivamente quiero volver a visitarlo.

Fuera de serie, de lo mejor que nunca has imaginado

De los estrellados de Jaen era el único que me faltaba, y esperaba más. No sé puede decir que se coma mal pero le falta un punto más a algunos platos con mezclas con poco sentido.

Sabores únicos y especiales. Una experiencia gastronómica para disfrutar al menos una vez en la vida.

El sitio es espectacular. La comida está riquísima y cuidan hasta el ultimo detalle. El plato que más nos gustó fueron los Callos de bacalao con praliné de pistacho. Pero lo más importante para nosotros fue lo atentos y comprensivos que fueron con nosotros. Íbamos con un bebé de 3 meses que no conseguíamos dormir. Pedro, el dueño, al ver que nosotros estábamos empezando a agobiarnos por no poder seguir el servicio al mismo ritmo que el resto de comensales del restaurante, nos intentó hacer ver qué también se podía disfrutar de la comida aunque fuera con un bebé en brazos y a nuestro ritmo. Más que recomendable.

Estuve hará unos 4 años. Solo puedo decir que el que algo "tenga sabor" coge sentido desde que pruebas un restaurante como Bagá. Habré probado miles de restaurantes (muchos de ellos Michelín, que en mi opinión no garantiza ni mucho menos nada) pero este es, con diferencia, el mejor en el que he estado. Podría valer el doble y seguiría mereciendo la pena. El trato y la humildad de Pedro, digno de mención también. 10/10.

Primera vez que visito el local. No me sorprendió el menú degustación, me esperaba algo así, tanto por su fama como porque es característica general de los restaurantes de reconocida solvencia, osea, con estrella Michelln y/o soles Repsol. Quien espere “llenarse la barriga” que vaya perdiendo la esperanza (aunque se sale satisfecho). A este tipo de restaurantes se va con mentalidad de degustar y disfrutar de los sabores que habitualmente no consigues en locales comunes y corrientes, tanto matices que afloran de forma evidente, como otros más sutiles, pero no por ello modestos. Magnifica atención, local íntimo, explicaciones precisas sobre lo que vas a probar. Experiencia muy positiva. El precio que pongo abajo es sin bebida. Dejo algunas fotos de muestra.

He de reconocer que me costó entender de qué iba aquello, al principio me parecía una broma y me costó discernir que estaba ante una cocina de aspecto muy básico pero llena de técnica y conocimiento. Allí hay mucho talento para, desde unos productos modestos y unas combinaciones inimaginables, conseguir atrevidos resultados que no dejan indiferente a nadie. A unos les gustará y a otros no, como todo.

Sorprendente, espectacular… redondo, en una palabra. Repetiría sin dudar, porque ha sido una de las mejores experiencias gastronómicas que he tenido la fortuna de disfrutar. 100% recomendable.

Teníamos muchas ganas de visitar este restaurante, recomendaciones muy buenas, el encanto de su pequeño tamaño, la ciudad de Jaén en la que tengo grandes amigos... y por fin pudimos reservar mesa para cenar, expectativas muy altas y llegó el día. Vas sabiendo que es pequeño, aún así sorprenden sus dimensiones, personalmente para mi le da un plus a la velada, es más íntima, menos clientes y personal, estas muy a gusto, comes tranquilo, como si estuvieses sólo. El trato del personal de sala inmejorable, atentos, educados pero no pedantes, cercanos, explicando los platos con naturalidad, sin adornos. Y la comida... que decir, innovadora, original y rica, muy rica. Nos gusta visitar este tipo de restaurantes y hacía tiempo que no disfrutaba tanto con cada plato, no pensabas en el siguiente, si no lo que habías disfrutado el que terminabas, además de ser un menú generoso en cuanto a cantidad. Para terminar, aunque imagino que no lo leerá, mención especial al chef (Pedro Sánchez), más allá de su maravillosa cocina, tuvo detalles durante la cena que te hacían estar más cómodo aún si cabe y como colofón le preguntamos si podía recomendarnos algún sitio para toma algo y tuvo la deferencia de acompañarnos por las calles de Jaén para indicarnos un lugar. Gracias. A quién me pregunte le diré que no se lo pierda. Espero volver pronto.