Atiphico en San Javier

Está para repetir, no es caro para la calidad que tiene, volveré.

Me he vuelto adicto al calamar preñao y las croquetas de rabo de toro 🤤👌🏻

Todo lo que hemos pedido BUENISIMO

La comida espectacular y el servicio increíble Rubén encantador me ha encantado lo recomiendo 100%

Es quizá uno de los lugares de restauración más agradables de la zona. Siempre innovando y con un trato excelente. Me encanta!

Es la primera vez que he ido y encantada

Muy bueno. Un sitio nuevo en la Ribera. Los camareros son muy amables, sin estar en carta pedimos unos huevos fritos para un niño, que no puede comer otra cosa, los hicieron sin problema alguno. Tienen variedad y muchas cosas atipicas, probarlas. Buenos vinos.

Para nosotros fue un descubrimiento. Fuimos el día del Padre y estaban todas las mesas reservadas. Nos hicimos un hueco en la barra ya que llegamos muy temprano. Pedimos huevas y letones espectaculares, hechos perfectos en su punto y de calidad, Tataki de Atún con wakame, muy rico también. Zamburiñas espectaculares con una salsa que nos encantó. Lingote de foie con membrillo, mermelada de champán y unas escamas de sal. Rico!!. Para terminar de comer un entrecot de vaca poco hecho, muy rico. Los postres, pedimos tarta de queso casera recomendada por la camarera, para nuestro gusto riquísima y un coulant de chocolate blanco. El precio nos ha parecido más que justo por la calidad del producto y raciones generosas. Enhorabuena a los cocineros/as y a la camareras que nos atendieron muy atentas y simpáticas. Volveremos para probar más cosas.

Fuimos a tomar algo ligero y recibimos un servicio y atención correcta, pedimos una marinera con atún rojo que estaba muy buena y un tataki de atún con alga wakame que tristemente perdía todo el sabor por el exceso de aceite.

Los camareros muy profesionales, la comida espectacular, primero unas bravas muy especiales, un chipirón relleno, la vieira espectacular, un blody Mery con crujiente de espárrago impresionante, la coca de lechazo, el burrito de pollo y mango, todo muy especial. De postre los paparejotes con helado de café de puchero, para llorar de rico que estaba y ya para la guinda del pastel un café asiático. Es un restaurante que no te puedes perder. Impresionante, de lo mejor que he visitado y he visitado mucho