Asador Ilicitano en Elx

Fuimos a cenar a este restaurante y, sabiendo que servían cochinillo asado, lo pedimos, un plato con un sabor inconfundible, por no hablar de los demás platos que servían. Recomendado.

Primera visita al asador. Bien recomendado por familiares. El ambiente muy tranquilo pero sin cobertura quizas por eso había esa paz y buen servicio. Hemos empezado con pan tosatdo y sob rasada regalo de la casa. Hemos probado las croquetas ibericas (jamón y chorizo) buenísimas, ensalada de capellan y tomate... un mejor tomate lo hubiera mejorado, revuelto de morcilla y piquillo correcto y para acabar chuletón de vaca que estaba muy tierno pero nos hemos quedado como ... sin más.

¡Un auténtico restaurante español con comida estupenda! Fuimos una familia de cuatro, con un niño pequeño y un bebé. No había menú infantil, pero todos estaban muy bien atendidos. Sergio, nuestro anfitrión, fue genial. Lo recomiendo encarecidamente.

La calidad del cochinillo es impresionante! Buen trato del personal del asador! Repetiría sin duda!

La comida es espectacular, y el servicio también, un lugar impecable, fueron super amables cuando pedimos que bajaran el aire, y cuando estuvimos más tiempo del debido de sobremesa, sin duda un lugar para repetir

Los platos, exquisitos y el servicio muy profesional.

El local es muy agradable. Los camareros profesionales y atentos. La comida hecha con amor y pasión. Voy cuando quiero darme un homenaje y comer bien, bien. La única pega que pondría es que el cochinillo no llevaba caldito para mojar un buen pan. La tarta de queso ,sin mermeladas ni caramelos,estaba exquisita.

En Elche, ciudad de palmeras eternas y del sagrado canto del Misteri, hay rincones donde la gastronomía se convierte en relato. El Asador Ilicitano es uno de ellos: un lugar donde la cocina se expresa con respeto, con hondura y con una identidad clara. Siempre que buscamos celebrar, este es uno de esos rincones donde nos perdemos a gusto, sabiendo que la experiencia irá más allá del paladar. Hoy, con el cochinillo como protagonista, volvimos a comprobarlo. Pero sería injusto reducir la experiencia a un solo plato. Aquí, lo esencial no está sólo en lo que se sirve, sino en cómo se siente. Desde el ritmo del servicio —sereno, atento— hasta la atmósfera sobria que envuelve, todo parece invitar a una pausa reflexiva, a un disfrute sin estridencias. El cochinillo, tierno y equilibrado, fue un acierto, pero lo realmente memorable fue esa sensación de estar comiendo en un lugar que entiende la tradición como algo vivo. El Asador Ilicitano no busca deslumbrar con artificios; su fuerza está en la autenticidad, en los sabores que dialogan con la memoria. Como el Misteri d’Elx, esta casa honra su herencia sin temor al paso del tiempo. Y uno sale de allí con el alma un poco más llena. No sólo por lo comido, sino por lo vivido.

Excelente servicio, atención y comida. Ya tenemos restaurante al que volver en Elche.

Magnífica comida, sobre todo los arroces que he probado (y el postre), excelente servicio y buenos precios. No se puede pedir más.