Asador De Roxos en Santiago de Compostela

Un sitio especial. Desde las instalaciones, con muros de piedra e interiores de madera, pasando por la comida, un desayuno espectacular y comida rica y variada, hasta la atención de las personas que lo llevan, haciéndote sentir como en tu propia casa. Para rematarlo nos pudimos llevar una empanada que preparan ellas mismas que es una verdadera delicia. Para repetir una y mil veces, ha sido una estancia de 10.

Excelente servicio, buena ubicación,

¡Nos encantó nuestra estancia en su hotel! ¡Carmen y Mari fueron encantadoras al brindar una experiencia de servicio personalizada! El hotel está a unos 10 minutos de la ciudad, cerca de la estación de tren, el aeropuerto y las agencias de alquiler de coches. Las habitaciones eran encantadoras y, como de cuento de hadas, con todo lo esencial.

Preciosa habitación en la planta baja. Espaciosa y limpia, con almohadas y mantas adicionales, si las necesita.

Un sitio muy agradable y tranquilo A 4 km de Santiago. Aunque en nuestro caso sólo íbamos 2, consideramos que es ideal para ir en grupo. Es una casa de 200 años, rehabilitada con muy buen gusto y los suelos de madera, por lo que se podrían oír los ruidos, en el caso de coincidir con niños (eso es inevitable)

Un buen sitio para descansar y comer bien

Un lugar con mucho encanto, la habitación muy acogedora y el 10 para el servicio, con una magnífica atención, sin duda volveremos... Una gran alegría poder visitar lugares así y que acepten tu mascota como uno más

La experiencia en general no fue muy buena. El trato no fue muy amable, yendo al límite, y la comida no es para tirar cohetes, aunque no está nada mal. Eso sí, la relación calidad-precio es pésima, ya que con esos precios se puede comer con mucha mejor calidad y abundancia en muchos otros lugares de Compostela. Lo peor fue que nos quisieron cobrar 2 guisos de pescado cuando pedimos uno para compartir (es lo que recomienda la carta). Estaba mal explicado en el menú y dejaba claro que el cocido de 36€ era para 2. Opté por ese plato porque me pareció bien de precio (18€/persona), cuando realmente había otros que me apetecían más. Cuando vi que nos querían cobrar 72€ por ello me asusté. Muy poca cantidad y el pescado, os aseguro, no fue recién sacado de la ría, ni mucho menos, y ni hablar de que tampoco era rodaballo. Sin patatas. La cosa es que discutimos y terminamos pagándole solo uno, ya que era lo que pedíamos y además lo que pensábamos que comíamos. El resto de platos no estaban tan mal ni tenían un precio tan desorbitado, aunque el "punto" del entrecot estaba muy pasado de moda. Ninguno de nosotros en la mesa volverá a este lugar y no se lo recomendamos a nadie.

Poquita gente, trato muy cercano