19/10/2025: Hola 😉
Llevaba mucho tiempo queriendo probar el restaurante pero coincidía que tocaba esperar demasiado al estar lleno y siempre, vamos de paso.
Creía entender que si tenía tanta afluencia era por sus bondades culinarias, aparte e importante, por el buen precio que anuncia su menú.
Pues llegó el día en que coincidieron los astros y pasamos por la puerta abierta y reservamos.
Llegado el día se repetía llenazo pero está vez teníamos sitio, aún con todo tuvimos que esperar un poco, ya sin miedo.
La gestión de las mesas se podría mejorar, había alguna vacía a expensas del llenazo, supongo, y habiendo reservado esperas llegar y besar el Santo, nada reseñable, vital o imperdonable.
La atención del personal fue muy atenta y el servicio rápido, sin esperas incómodas ni prisas por desalojar, en este aspecto sin queja.
En cuanto a lo que verdaderamente importa, la comida... exactamente lo que esperaba.
Varios platos apetecibles sobre el papel que resultaron sobresalientes.
Por mi parte, de primero, cayeron unos callos con garbanzos de impresión. Es un plato que suelo repetir allende los mares, junto a las migas, que vi en el menú hace tiempos y que siguen en tareas pendientes.
De segundo, lomo al roquefort. No discurrí demasiado pero quería probar el punto del lomo y la salsa. Las patatas fritas, caseras y al punto, muy buenas, en cuanto al grueso del plato, sin sorpresas. El lomo impecable, que parecerá una tontada pero dejar la superficie caramelizada/tostada/sellada sin dejar los filetes finos tiesos cual suela de alpargata, tiene su sapiencia detrás. La salsa, tan fácil... pues bien y como todo, también requiere de mano para dejarla en su punto, sin viaje de quesazo y untuosa.
La presentación sin pretensiones innecesarias, como esperaba. Un buen plato de comida bien servido y cumplido, bien presentado pero sin florituras ni ornamentaciones bonitas de ver que distraen del verdadero objetivo: meterle ferrete a la comida sin miramientos.
Para el postre se les pasó nombrarme el arroz con leche que sí anunciaron en otras mesas y que también, es de los platos indispensables en mi lista de probables de probar. Así que recurrí a uno de mis recurribles, un mouse de chocolate de elaboración casera y contundente, dejamos el arroz con leche en la lista de pendientes, que le vamos a hacer ;)
Por parte de mi media naranja, mi costilla compartida, mi compañera de vida y mi amada, el menú a defustar fue un arroz negro de nota, grano suelto al punto, calamares muy tiernos y alioli que no se interpuso en las conversaciones, todo ello con un saborazo importante, muy bueno.
De segundo cayó lo mismo y para el postre pidió un flan de café que, como buena cocinera y hacedora de flaneses de cafés, sabía a lo que se exponía y buscaba; un flan, también elaborado y huyendo de prefabricados, con buen sabor y textura ideal.
Y si eres cafetero, el cortadito de colofón bien ejecutado, sin más, que tampoco hay que haber estudiado en Salamanca para hacer un buen café sin medir los grados del agua entre procesos, ni los granos de café molidos y aireados al cuidado extremo.
Resumiendo, un restaurante más que recomendable por calidad y precio sin género de duda. Seguro que no te arrepientes si vas buscando un buen restaurante de los de siempre, los que buscan darte bien de comer sin saquearte y sin pitiminís de fotografiar.
Para terminar, darte las gracias por aguantar la prosa si has llegado hasta aquí, aguantarme con ganas de escribir suele ser tedioso y penoso, así que enhorabuena por tu paciencia ;)
Un saludo!
20/09/2025: El ciervo bueno no lo siguiente buenísimo, el jabalí y el rabó de toro espectacular, La paella valenciana de ensueño con alcachofas, si no te gusta lo casero no es tu restaurante, pero si eres amante de la cocina casera y hecha con dedicación y todo el amor es tu restaurante, familiar sin pretensiones. Y desde aquí vuelvo a aplaudir a todos, pues ya les aplaudimos en directo. Mil gracias por la comida y la dedicación a hacer felices a sus clientes. 👏