Arrate en Leintz-Gatzaga

Todo excelente. El servicio, la cocina, la calidad del producto... Un gran equipo que hace que sus clientes disfruten de una estupenda comida.

Un sitio acogedor donde siempre y digo SIEMPRE se come delicioso y la atención es exquisita.

Dos hermanas con tradición de cocina. Impresionante amplio menú y producto. Y se nota. Inmejorable

Muy recomendable el arroz con bogavante!

Fuimos 5 a comer e increíble, comida riquísima 🤤, atención de 10, además de ser un pueblo con encanto, este lugar también lo tiene 😉.

Un sito encantador y comida muy rica

Casa Arrate: tradición y sabor con alma familiar en Leintz Gatzaga Desde 1976, Casa Arrate se ha consolidado como un verdadero clásico en Leintz Gatzaga (Gipuzkoa). Un restaurante que respira tradición y cercanía, donde comer bien es casi una garantía y sentirse como en casa, una certeza. Con una cocina casera y honesta, elaborada con mimo y producto de calidad, en cada plato se percibe la pasión de quienes están detrás. El local es pequeño, acogedor y cuenta con una agradable terraza perfecta para los días soleados. Aquí no hay prisas, solo ganas de disfrutar de una buena comida y dejarse llevar por las recomendaciones de sus dueñas, siempre atentas y encantadoras. Las raciones son generosas, el servicio impecable y la experiencia, reconfortante. Entre sus imprescindibles destacan el arroz con bogavante, el salpicón de marisco y la merluza rellena de txangurro, una auténtica delicia que resume a la perfección su propuesta marinera. Y para terminar, un consejo claro: no te vayas sin probar su soufflé. Ligero, goloso y perfectamente ejecutado. Casa Arrate es un sí rotundo. Un lugar donde tradición, cariño y buen comer se dan la mano. Vale —y mucho— la pena.

Muy bueno el arroz con bogavante

Tuvimos una comida maravillosa en el Restaurante Arrate, la hospitalidad fue fantástica y hubo mucha atención al detalle, hermosa cristalería, platos, mantelería y el Arroz con Bogavente fue exquisito.

Creo que este es uno de esos lugares que si alguien no te lo recomienda, difícilmente lo descubres. El comedor no es muy grande, aunque cuentan con terraza exterior cubierta, que según nos comentaron usan todo el año. El,lugar me ha parecido muy acogedor, cuidando la presentación de la mesa, incluyendo copas de un tamaño que no se ven en muchos restaurantes. El servicio es “diferente” es amable, pero tienes la sensación de estar comiendo en una casa. A la hora de pedir nos hemos puesto un poco en sus manos, como queríamos probar bastantes platos. Así ha sido, hemos probado bastantes cosas, incluyendo postres… un menú degustación inventado en toda regla. Además de la carta, tienen bastantes cosas como sugerencia. Al finalizar hemos dado una pequeña vuelta por el pueblo. Si me preguntan, creo que es un lugar muy recomendable y seguro que volveremos.