Amore’s Café & Waffles en Alcalá de Henares

El mejor café de Alcalá de henares, de Madrid y de España! Y Lis la mejor preparándolo!

Fuimos un grupo de 11 personas el día 15 de agosto a desayunar para "celebrar" un cumpleaños guiados por las buenas reseñas del local. Nos desplazamos 40 minutos en coche con ma esperanza de ir a un sitio especial... Hacía un calor agobiante y el local es muy pequeño por lo que no pudimos sentarnos dentro. A la hora de pedir el servicio fue muy lento, dado que atendían a otras mesas que llegaban posteriormente a medida que traía nuestros desayunos, que iban llegando incompletos. Era festivo a las 10 de la mañana y no tenían más que 3 croissants, no les quedaban cookies... He de resaltar que las chicas en ningún momento fueron desagradables con nosotros, el trato fue correcto, pero el servicio no fue el esperado.

Muy ricos los dessyunos y muy amables las camareras

Cafetería moderna con variedad de productos y combinaciones. El capuchino estaba bien,te hacen un dibujo con sirope de chocolate, las tostadas estaban buenas es una rebanada de hogaza muy rica y con suficiente tomate. Tienen también batidos y smoothies. Los gofres la verdad es que tiene una pintaza así que volveré a probarlos. La chica que me atendió fue simpática.

Las empanadas de carne muy ricas, atención inmejorable.

Me encanta, está todo muy rico y son super amables, pero sentarse dentro es horrible, sales oliendo a fritanga muchísimo.

Un sitio muy agradable para desayunar, me he pedido un muffin de arándanos y estaba recién hecho, delicioso. También me llevé una empanada para después y la verdad que me encantó. Repetiría muchas veces más. Gracias!!

Vine con mi prima a este establecimiento tras buscar un lugar de dulces para merendar, tras buscar encontramos este sitio y he de decir que nos ha encantado, la atención por parte de la chica ha sido muy amigable y los Waffles son espectaculares. Sinceramente ha superado nuestras espectativas. Estoy segura que volveremos

Una caña, una Coca-Cola… y una montaña de aceitunas. Hay bares que te sirven una bebida. Y luego hay bares que te sirven una experiencia sensorial completa. Este lugar (cuyo nombre me reservo para que no se llene de modernos), es uno de esos templos del tapeo urbano donde el espíritu del aperitivo vive y reina con gloria. Pedimos una caña dorada, fría como el corazón de tu ex, con su espuma bien puesta. Junto a ella, una Coca-Cola en vaso alto, con hielos como icebergs flotando en el Ártico, y su correspondiente lata (detalle que se agradece: la transparencia es importante en las relaciones, incluso las hosteleras). Pero el verdadero protagonista no estaba en vaso. Apareció de la nada como un héroe inesperado: un cuenco rebosante de aceitunas verdes, carnosas, jugosas y con ese punto de sal que te hace cuestionarte por qué no las cenas cada noche. No eran esas tristes olivas de compromiso. No, amigo. Estas venían con carácter. Un ejército entero que parecía decir: “Hoy, la tapa va por nosotros”. El palillo, por supuesto, estaba presente. Digno, solitario, clavado en el centro como una bandera en territorio conquistado. Y todo esto por 5,80 euros. ¿Cómo lo hacen? ¿Magia? ¿Alquimia? ¿Un pacto con el dios del tapeo? No lo sé. Pero sí sé que salí con el corazón contento y el estómago agradecido. En resumen: si buscas una terraza tranquila, buenas bebidas, y aceitunas que te abracen el alma… este es tu sitio. Ven por la caña, quédate por la oliva. Volveré. Aunque solo sea para ver si me dan más olivas.

Una dulce merienda disfrutada con la mejor de las compañías. Repetiremos seguro 😋