Amaltea en Cáceres

Nos gustó mucho. Relación calidad-precio excelente. Pedimos huevos rotos y arroz seco (nos avisaron de que era demasiado para 2 personas pero no quisimos renunciar a probar ninguno de los dos platos, por lo que nos sobró bastante arroz).Todo muy rico. Quizás como punto a mejorar, creemos que sería interesante que pudiesen adaptar el tamaño de las raciones, para casos como el nuestro en el que el cliente quiera probar varias cosas de la carta. No obstante, fuera de esto, muy muy recomendable. El servicio muy atento y amable. Una muy buena experiencia.

Increíble. El lugar, la comida, el personal, todo. Si vuelvo a Cáceres, sin duda repetiría en este restaurante. Seguro que pronto tienen alguna distinción gastronómica 👌👌👌

Espectacular la comida y el trato 😍

Estupenda experiencia. No teníamos reserva pero tuvimos suerte. La atención de primera, amables y atentas las dos personas que estuvieron con nosotros. El tartar de tomate es una delicia. Pedimos dos brioches de morcilla y patatera, muy ricos. Lingote de cochinillo a baja temperatura y una pasta, rigatoni con guanciale. Todo delicioso. Las recomendaciones de vino acertadas. Una gozada. Incluso nos pidieron "disculpas" por compartir sala con dos grupos grandes, siempre más ruidosos. No fue para tanto, pero se agradece el detalle y para compensar disfrutamos de una mesa con vistas a la Plaza Mayor. Ah, casi no podiamos más, pero la torrija estaba chuparse los dedos. Más que recomendable.

Cenamos el fin de semana , no es fácil encontrar el lugar, porque está en la parte de atrás hacia los monumentos de la plaza Mayor; hubo que preguntar por su ubicación. Restaurante sencillo, sin lujos y un poco pequeño, para mi gusto; había solo otra mesa ocupada . Tiene dos reducidos saloncitos con mesas demasiado próximas, que le quitan intimidad, una da la parte anterior donde no hay vistas , que tiene los servicios demasiado cerca y colinda con una barra muy próxima a las mesas … Tiene otro saloncito, dentro, con cuatro mesas, demasiado próximas, donde hay dos ventanales pequeños y se divisa la “ Plaza Mayor “ cacereña, por lo menos en dos ubicaciones Hacen menús muy elaborados y ricos y es atendido educadamente y correctamente por dos o tres personas, una un poquito retocada, que agrada diciéndole a todos lo mismo, como si fuera un repertorio escrito. No es barato y aunque podría entenderlo por la calidad de sus platos, por lo demás no impresiona, algunas cosas desentonan con los precios habituales de otros restaurantes, de su categoría, como por ejemplo: el vino ( crianzas a 22 €/ mínimo ) o los postres (7€), que están excesivamente recargados . ¿ donde vamos a llegar?. Pienso hay crisis para todos, no solo para la hostelería. Resumiendo : Restaurante pequeño y sin lujos. Comida excepcional. Atención correcta Algunos precios de la carta, un poquito exagerados.

Totalmente recomendable, tanto por los sabores como el servicio y también por el ambiente del lugar

Muy buena calidad y muy profesionales , un acierto. El servicio fue muy bueno.

Hemos estado comiendo gracias a los comentarios que vimos aquí. Ha sido un acierto. Muy bien atendidos , ayudándonos para decidirnos en todo momento. Gran carta de vinos. Si podéis reservar con tiempo pues es pequeñito. Las vistas a la plaza mayor perfectas. La comida de 10. Pedimos unos brioche de patatera y morcilla ( a cada cual más bueno). Después seguimos con unas gyozas ( increíble el sabor) y para terminar un arroz con presa ibérica ( espectacular) . De postre una tarta de manzana muy rica. Os recomiendo que os dejéis aconsejar por ellos a la hora de pedir.

Aposta pola comida local cun toque sofisticado. Boa materia prima e gran recomendación do viño. Noraboa.

Fuimos por la buenas críticas y no nos decepcionó en absoluto. Los camareros son muy amables y cercanos. Te aconsejan preguntando antes por tus gustos. Explican muy bien la carta de vinos. La presentación de los platos, excepcional. Buena calidad en todo, cantidad adecuada. Tienen pocas mesas con distancia. La atención es personalizada. Aconsejamos el tártar de tomate, Brioche de patatero y de morcilla de Trujillo, gyōzas de carabineros y secreto ibérico. Te explican los ingredientes de cada plato viviendolo. Son más que camareros, muy profesionales en todo. Conocen el negocio. Muy recomendable. No es barato pero tampoco tienen precios abusivos. Tienen un salón con vistas excepcionales a la plaza Mayor.