Amada Carlota en Cabranes

Una experiencia única. 100% recomendable. Se nota el amor y la pasión que ponen en cada plato, que además explican con mimo cómo comerlo. Las vistas…sin palabras. Deseando volver!!

Comida japonesa de calidad, cada plato explicado por el chef .

Una experiencia especial. Tras varios meses intentando reservar, por fin conseguimos mesa. En un entorno sorprendente, un cartel en japonés te da la bienvenida a una casa donde todo está perfectamente medido y ambientado. Pocas mesas, pocos clientes, tranquilidad y un menú delicioso. Ocho platos cuidados, con producto de calidad, explicaciones adecuadas y tiempo entre uno y otro para disfrutarlos a gusto. Sin fusiones, como defienden y con un trato perfecto. Además, las vistas son un plus. Toda la sierra del Sueve a gusto del consumidor.

La experiencia va más allá de la comida en si. Te impregna algo de la cultura japonesa: no hay prisas, ruidos... Todo muy armonioso y coherente con la filosofía del anfitrión, Carlos. Muy recomendable.

Restaurante espectacular, muy fiel a la gastronomía japonesa. Carlos, la persona que nos recibió y atendió estuvou muy atento, correcto, sabiendo medir los tiempos. Nos explicaba todo muy bien para poder disfrutar de la experiencia en todas sus etapas.

Experiencia espectacular. El entorno, la atención, todas las explicaciones y, por supuesto, la comida. Nos ha encantado todo el concepto. Gracias a todo el equipo de Amada Carlota

Una experiencia única ubicada en un entorno inmejorable. Tomamos el menú suriyaki para salir un poco de la comida japonesa mas conocida y nos encantó. Todo estaba riquísimo, con gran variedad y muy divertido.

Un sitio que se nota que les gusta lo que hacen, el trato es inmejorable, te explican todo con detalle, te dejan que tomes tu tiempo para disfrutar de esta increible experiencia, el detalle de la cuenta me pareció muy bonito!

El sukiyaki, una experiencia total. La comida fue espectacular de principio a fin, un sabor que no podría describir con palabras. La que se me venía a la mente con cada bocado era "hogar"; diría que no son unos sabores súper complejos que sólo un experto en cocina podría disfrutar. Son, más bien, sabores que te recuerdan a una comida tradicional, hecha con ingredientes "de casa" y con mucho mimo. Sólo que en este caso, tu casa está en Japón. La ubicación del restaurante es otro punto a favor, me parece maravilloso que se apueste por el pueblo, y creo que en este caso, el entorno cuenta como una importante guarnición para la comida. El trato fue exquisito, se notaba el interés por que los comensales entendieran el lugar de cada plato, no era un baile de vajillas sin sentido como se suele ver en restaurantes masificados. Cada ingrediente fue debidamente explicado, y también nos dieron consejos a la hora de "atacar" la comida. Todo esto sin presentar un tono condescendiente, haciendo la experiencia mucho más familiar. Repetiré con total seguridad. Espero que siga triunfando durante mucho tiempo y que no pierda esa esencia tan especial que tiene. 🙇🏻