18/12/2024: Mi pareja estuvo en El Granero hace un mes y se quedó maravillado. En mi primera vez en Castilla La Mancha él tenía claro que quería llevarme a este restaurante y ha sido todo un acierto, es un sitio de los que dejan huella.
El trato de Adán ha sido impresionante, explicar cada plato y cada referencia de vino con detalle y humor es todo un arte y él lo domina a la perfección. No me extraña la cantidad de premios y menciones que tienen expuestas en las paredes porque tanto el restaurante como él se las merecen.
En cuanto a la comida, que no vamos a negar que es una parte tremendamente importante... Los aperitivos sorprenden, tanto a la vista como al paladar. Son una delicia, podría comer ya solo con eso.
De entrantes escogimos los huevos trufados fritos con setas, jamón, patatas paja y foie gras con PX y el pulpo en tempura con salsa romesco y pimentón de la Vera. Somos gallegos y Adán me recomendó elegir el pulpo en lugar de las verduras en tempura porque seguro que así no lo habíamos probado nunca y acertó. ¡Menudo espectáculo! El crujiente de la tempura con el sabor del pulpo, el pimentón y la salsa romesco... Para quitarse el sombrero. Nada que envidiar el pulpo del norte, y lo digo con conocimiento y orgullo.
De primeros platos escogimos la paletilla de cordero manchego lechal asada y el lomo de ciervo en ligero adobo con pera al vino tinto. Las carnes perfectas, en el punto justo de cocción, tan jugosas que se deshacen la boca y con sabores muy bien equilibrados.
De postre tenía que probar su tiramisú, una presentación que te marca de por vida y una cremosidad que te incita a querer siempre un poco más.
En cuanto a los vinos, reconozco que no soy aficionada y aún así me sorprendió para bien la referencia de Moscatel que me recomendó Adán. ¡Hasta probé casi todas las referencias que fue sirviéndole a mi pareja! Lo dicho, un sumiller no de 10, ¡de 20!
Entiendo que muchos puedan valorar si entrar o no a un restaurante por su precio pero os aseguro que, en casos así, la experiencia que obtienes tiene un valor incalculable. Salimos de allí contentos y llenos a más no poder, sabiendo que lo recomendaremos a todo el que podamos y que nosotros mismos repetiremos mil veces más.
18/12/2024: Mi pareja estuvo en El Granero hace un mes y se quedó maravillado. En mi primera vez en Castilla La Mancha él tenía claro que quería llevarme a este restaurante y ha sido todo un acierto, es un sitio de los que dejan huella.
El trato de Adán ha sido impresionante, explicar cada plato y cada referencia de vino con detalle y humor es todo un arte y él lo domina a la perfección. No me extraña la cantidad de premios y menciones que tienen expuestas en las paredes porque tanto el restaurante como él se las merecen.
En cuanto a la comida, que no vamos a negar que es una parte tremendamente importante... Los aperitivos sorprenden, tanto a la vista como al paladar. Son una delicia, podría comer ya solo con eso.
De entrantes escogimos los huevos trufados fritos con setas, jamón, patatas paja y foie gras con PX y el pulpo en tempura con salsa romesco y pimentón de la Vera. Somos gallegos y Adán me recomendó elegir el pulpo en lugar de las verduras en tempura porque seguro que así no lo habíamos probado nunca y acertó. ¡Menudo espectáculo! El crujiente de la tempura con el sabor del pulpo, el pimentón y la salsa romesco... Para quitarse el sombrero. Nada que envidiar el pulpo del norte, y lo digo con conocimiento y orgullo.
De primeros platos escogimos la paletilla de cordero manchego lechal asada y el lomo de ciervo en ligero adobo con pera al vino tinto. Las carnes perfectas, en el punto justo de cocción, tan jugosas que se deshacen la boca y con sabores muy bien equilibrados.
De postre tenía que probar su tiramisú, una presentación que te marca de por vida y una cremosidad que te incita a querer siempre un poco más.
En cuanto a los vinos, reconozco que no soy aficionada y aún así me sorprendió para bien la referencia de Moscatel que me recomendó Adán. ¡Hasta probé casi todas las referencias que fue sirviéndole a mi pareja! Lo dicho, un sumiller no de 10, ¡de 20!
Entiendo que muchos puedan valorar si entrar o no a un restaurante por su precio pero os aseguro que, en casos así, la experiencia que obtienes tiene un valor incalculable. Salimos de allí contentos y llenos a más no poder, sabiendo que lo recomendaremos a todo el que podamos y que nosotros mismos repetiremos mil veces más.