Alaska en San Lorenzo de El Escorial

Restaurante clásico, con comida casera y buena calidad, precio.

Todo estupendo. Comida muy rica y servicio atento y amable. Volveremos. Muchas gracias!

Estuvimos cenando un par de hamburguesas y estaban riquísimas y nos atendió una chica que se llamaba Oma,Majisima y nos trató súper bien en todo el rato que estuvimos,así da gusto cenar.

Una atención y comida exquisita. Calidad precio excelente.

Muy rico y cantidad abundante nos a sorprendido y oma muy simpática y atenta

Estaba todo súper bueno y las cantidades estaban muy bien, comimos 4 con dos menús y un entrante. Lo mejor fue el trato de los camareros, en especial Adrián que fue súper atento y majísimo. Todo genial! Volvería otra vez !

Ubicación ideal en San Lorenzo de El Escorial, al lado del Monasterio y en pleno centro. Ideal para echar vermú y copas, y el servicio muy majo (Oma fue encantadora, la camarera jovencita). Muy recomendable para tardeo.

Nos encantó la cantidad y calidad de las raciones: todo era generoso y delicioso. Empezamos con una ensalada de queso de cabra y mozzarella que era enorme y estaba simplemente espectacular. Continuamos con unas judías camperas que estaban perfectamente cocinadas y llenas de sabor. Y para rematar, un rabo de toro cuya salsa y punto de guisado eran excepcionales, un verdadero espectáculo. Pero no solo la comida merece mención: el trato recibido fue increíble. Desde nuestra llegada hasta el final de la comida, el camarero fue súper simpático y atento, haciendo que la experiencia fuera todavía más agradable. Sin duda, Alaska es un lugar que hay que visitar si buscas buena comida, raciones generosas y un ambiente acogedor. Volveremos seguro.

El servicio es excelente (Adrián es un crack) y la comida exquisita. Raciones típicas españolas con precios más que razonables. Repetiremos sin duda

Veo que tiene diversidad de valoraciones, nosotros solo hemos tomado unos refrescos a media tarde, hacía mucho calor, pasamos junto a su terraza, había una mesa libre y nos hemos sentado protegidos por la sombra. Lo bueno, que te ponen un refresco como debe ser, no esas ridículas botellas que te dan en muchos sitios, cobren lo que tengan que cobrar pero pongan como mínimo botellas de 1/3; aquí a la sombra con ese refresco se estaba muy bien. Lo malo, que después de quince minutos de esperar que saliera algún camarero he tenido que pasar a que me cobraran, al hacerlo detrás de mi habían hecho una pequeña cola otros clientes de la terraza que también querían pagar, al salir vemos que una pareja que llevaba sentada junto a nuestra mesa por lo menos diez minutos se iba a otro local ya que se habían cansado de esperar. Los refrescos fenomenal, la atención mejorable