Al Kostat en Barcelona

Me llevó una semana entera dándole vueltas a las cosas antes de decidirme a calificar este lugar... Y puede que cambie de opinión otra vez... Buena comida. Platos clásicos catalanes y españoles, ejecutados a un alto nivel. ¿Es justo el precio? Probablemente sí, para un turista. No, si vives aquí. Estoy seguro de que hay sitios familiares que preparan estos platos a precios mucho mejores. Pero tendrías que ser local para encontrarlos. Así que... El servicio, sinceramente, fue pésimo. Mi amigo alto y fornido estuvo estornudando y frotándose la nariz en la espalda todo el tiempo. De hecho, estuve a punto de irme del lugar. En esta era post-COVID, ¿por qué está bien esto? Si estás enfermo, quédate en casa. ¡Qué asco! Dejando aparte al camarero enfermo, también fue lento y desatento. Tardé 15 minutos en conseguir la carta y pedir la bebida. Otros 15 minutos antes de que llegara mi agua con gas y pudiera pedir la comida. En cuanto a la comida. La croqueta de ensalada César estaba sorprendentemente buena. El nigiri de calamares y panceta de cerdo no tanto. Los caracoles a la parrilla y el guiso de callos, buenísimos. La sopa de faisán y tomillo, mejor no. Así que fue una experiencia con altibajos. Por este precio, debería ser todo un éxito. Comida y servicio. En retrospectiva, entiendo por qué las valoraciones en Yelp y TripAdvisor son tan tibias. Y tienen razón.

El local es muy agradable, un piso histórico con encanto. La comida es de calidad, variada y con productos de temporada, con típica comida española. Carta extensa de vinos. Un buen sitio en Barcelona tanto para disfrutar como para quedar bien en eventos de trabajo. Algo caro, eso sí, y quizás demasiado forzado insistir durante toda la velada en el carácter "catalán" de absolutamenre todo: desde el acento del inglés de la camarera hasta la tortilla de patatas.

No ha cumplido las expectativas…

Tuvimos muy buena experiencia, hacía años que no volvia, quizás pedimos demasiado. El espacio, elegante sin excesos, invita a disfrutar de una cocina abierta y honesta, donde los sabores se construyen sobre la calidad del producto y una técnica impecable. Los platos que cambian según la temporada y la inspiración del mercado, logran un equilibrio perfecto para mi gusto entre la modernidad/cocina catalana. La carta de vinos, cuidadosamente seleccionada, acompaña con la propuesta culinaria, dando protagonismo a etiquetas locales y vinos de autor. La carta de los vinos zero pretenciosa. Quizás el precio de la cabeza del rodaballo a la brasa un poco elevada pero igualmente vale mucho la pena.

¡Este lugar definitivamente vale la pena visitarlo! Pero a mí me basta con una vez, y no me entusiasmó. No disfruté de la comida. Al contrario, disfruté mucho del vino espumoso.

Este restaurante de alta cocina es propiedad del reconocido chef Jordi Vila. Fue el mejor restaurante al que fuimos en Barcelona. Compartimos platos, lo cual fue una gran idea. Empezamos con la tortilla de cebolla caramelizada y el pan con tomate. La tortilla estaba espectacular. Compartimos la escalivada (opción vegana), un milhojas de champiñones, simplemente delicioso, arroz con gambas y una ternera con patatas espectacular. Todo cocinado a la perfección. El postre, sorprendentemente suave y sabroso.

Comida y entorno de 10. De los mejores restaurantes de BCN.

Qué gran acierto haber escogido este restaurante para cenar. A parte de un ambiente relajado, elegante y cómodo, la comida está cuidadosamente elaborada y muy sabrosa. El producto es de gran calidad. Quería destacar el servicio ofrecido por Ananda, quien nos atendió (habiendo una persona en la mesa con intolerancias alimentarias, especialmente al ajo y cebolla). Dedicó mucho tiempo a explicarnos cada plato y los ingredientes, con muchísima profesionalidad y aconsejándonos a la perfección. Calidad-precio nos ha sorprendido, cenamos abundantemente por una media de 50 euros por persona, sin maridaje. Es un imprescindible en Barcelona, enhorabuena.

EL restaurante AlKostat, del grupo Alkimia, se encuentra ubicado en la primera planta de un edificio de l´Eixample, concretamente en la Ronda Sant Antoni de Barcelona. Tan solo entrar te das cuenta que estás en un local totalmente diferente, donde se ha mantenido de una forma muy fiel la estructura y la estética de un piso de l´Eixample. Nos pedimos dos primeros, unos raviolis de gamba y marisco (Solo venían dos unidades) por lo que lo veo más como un platillo o un plato de menú degustación, pero no como un plato principal, y un arroz de caza con pato blauet y alcachofas. Y de segundo, para compartir, un pollo cubista en dos servicios (Pollo cortado en piezas, y dos canelones hechos con la piel crujiente del cuello y rellenos con la carne mechada del mismo pollo). Todos los platos estaban excelentemente elaborados y con productos de primerísima calidad, pero sinceramente, en mi humilde opinión, les faltaba a todos un “Punch”, un algo especial, porque realmente de sabor me parecieron todos platos muy planos, sin destacar en ellos, ningún sabor en concreto. Otro tema es el precio, tres platos a compartir, pan con tomate, una copa de cava, más un vino de 28 euros, subió a más de 70 euros por persona, cosa que me parece excesiva por lo que comimos ese día. El servicio fue excelente, muy amable y atento, aunque no puede ser que de cinco vinos que pedimos de la carta, no tuvieran ninguno de ellos. Tendrían que revisar o actualizar la carta de vinos sinceramente. Si me preguntaran si volvería, mi respuesta sería que no, ya que con la extensa y excelsa oferta gastronómica de Barcelona, hay muchos más locales donde ir.

No sabes si lo mejor es la comida espectacular , el ambiente , el trato recibido … deseando tener la oportunidad de repetir!!!