Aiten Etxe Jatetxea en Zarautz

Espectaculares vistas de la playa de Zarautz.Comida de calidad con buenos productos.

Una comida espectacular con menu diseñado por la chef para nosotros en el que cada plato estaba exquisito y una amplia bodega, la decoración presiosa y unas vistas impresionantes durante nuestro aperitivo. El servicio muy amable y simpatico.

Hemos disfrutado mucho. El ambiente de todo los espacios son muy agradables. Diseño muy cálido y con mucho gusto. Hemos comido en la sala del árbol, que tiene mobiliario diferente al del otro salón, ambos muy acertados, uno con mesas vestidas y el del árbol sin. Personalmente me gustan más las mesas con mantel, pero en el del árbol pese a no tener la decoración de las mesas es muy acogedor. El servicio de los camareros es muy atento. Los tiempos entre platos puede que sea algo lento, pero la realidad es que no nos lo ha parecido ya que nunca hemos tenido esa sensación. El ambiente ayuda a que no tengas prisa (y eso que yo soy de los "nerviositos" jajajaja) Hemos pedido, croquetas fluidas, salmorejo, bonito encebollado y para rematar un besugo con piquillos. Ah y de postre una maravillosa tarta de manzana. El vino un Prada blanco Godello, perfecto con todo lo pedido. El café nos lo hemos tomado en la terraza frente a la playa y de yn a gusto que estábamos, hemos pedido unos mojitos y la sobremesa mirando al mar ha sido muy relajante tras la gran comida que hemos hecho. Ah, obviamente el ticket es alto pero lo vale. TOTALMENTE RECOMENDABLE

Mi cena en Aiten-Etxe fue, sin duda, una de las experiencias gastronómicas más memorables que he tenido en el País Vasco. Llegué con pocas expectativas y me fui completamente impresionado. Este restaurante es una auténtica joya escondida. La comida en sí misma es la estrella del espectáculo. Opté por el menú degustación completo, "Hemen eta Orain", y fue una obra maestra de principio a fin. Es evidente que la nueva chef, Rebeca Berainka, tiene un talento extraordinario. Sus ideas son audaces, creativas y, lo más importante, increíblemente deliciosas. Cada plato era un equilibrio perfecto de sabores exquisitos, aromas deslumbrantes y un profundo respeto por los productos vascos locales. La calidad y la innovación están a la altura de un restaurante con una estrella Michelin, lo que me hizo preguntarme por qué Aiten-Etxe aún no figura en la guía. ¡Es un secreto que no durará mucho! Sin embargo, lo que realmente elevó la velada de genial a inolvidable fue el servicio. Mi camarero, Joseba, fue la personificación de la hospitalidad apasionada. Su presentación detallada y sincera de cada plato fue todo un espectáculo. Es raro ver a alguien que ame tanto su trabajo y la comida que sirve. Personas como él hacen brillar un restaurante. Un consejo para el equipo: una versión en inglés de su hermosa página web sería de gran ayuda para que los amantes de la gastronomía internacional como yo descubrieran este fantástico lugar. Para cualquier gourmet que viaje a la región, esta es su oportunidad de experimentar un restaurante de primera categoría antes de que el resto del mundo se dé cuenta. Una visita obligada. ¡Volveré!

Comida excelente - productos locales cocinados a la perfección - comedor confortable - personal profesional y atento - numerosos vinos por copa - vistas a la bahía de Zarautz - aparcamiento público a 300 m. Volveremos.

Un hotel así solo podía albergar un restaurante digno de estrella. Id a por cualquier plato de la carta o su menú degustación (sin dudarlo el pase largo). Gracias a su chef Rebeca Barainka y todo su equipo (Giovanna, Jose, etc.) por su excelso conocimiento de la gastronomía local y el máximo respeto a las tradiciones. Sin dudarlo, volveremos👍🏻

Magnífica comida y exquisita atención de José Paulo y Pedro. Volveremos!!! Más

Paramos a tomar unos Aperol y la vista espectacular

Restaurante ubicado en un magnífico lugar. Local muy agradable y con estupendas vistas. Se agradece la posibilidad de poder aparcar el coche en el recinto del hotel. Previa reserva hemos comido el Menú degustación (77€), que hemos encontrado correcto por presentación y variedad (quizá el de "callos de bacalao", no se adaptaba a su descripción: no trompetas de la muerte -las conozco- y bacalao?). Servicio rápido, amable y atento.

Restaurante renovado a cargo de la excelente chef Rebeca, anteriormente en Galerna de Donosti( que se le hizo pequeño) Menú degustación kilómetro 0, con toques de ingenio personal , acompañado de maridaje más que aceptable. Servicio amable y diligente. Marco , espectacular. Para volver ,sin duda