Aire Gastrobar en Málaga

Un lujo, comida muy elaborada, unas combinaciones de sabores sorprendentes. Me ha gustado mucho.

Nos encantó el sitio. La comida es espectacular en sensaciones, texturas, sabores, calidades de productos y encima a un precio inmejorable. Tanto María como su marido ( cocinero) son dos personas amables y amantes de su oficio que se nota en su proyecto. María ha sido super atenta y sin duda repetiremos una y mil veces este lugar. Gracias por esta experiencia

¡La cocina de Pepo es deliciosa! Cada plato fue excelente y muy elaborado, hasta los platos hechos a mano. El servicio es tan bueno como los platos. ¡Todo fue perfecto! Bien hecho !

La calidad de los productos es excelente y el servicio y la presentación igual. Sitio 100% recomendable

Probé Aire Gastro Bar basado en la recomendación de mi hotel en Málaga. Fui allí sin reservas y el equipo organizó una mesa exterior para mí. Como primer plato, tomé un delicioso ajo blanco con carabinero, pepino. Como segundo plato elegí un plato con calamares, azafrán y un poco de salsa que no estaba muy bueno. Como desierto, tomé crema catalana con vino extremadamente dulce del desierto de Jerez. Durante la cena, me sirvieron una copa de vino blanco, pan y aceite de oliva español. En general, pagué 58 €. 70 , mi experiencia general está bien excepto el segundo plato y creo que restaurante será mejor en un futuro próximo

Comida deliciosa, tranquilo y muy buen servicio. Definitivamente se puede recomendar 👍

Maravilloso restaurante. Servicio muy amable. Y señales de alta calidad. Muy bonita cocina.

Comida exquisita, restaurante muy acogedor y servicio inmejorable. A pesar de lo apetecible que era toda la carta, elegimos: Roll de presa ibérica, gambas de Málaga, tapa de rusa y para acabar solomillo ibérico. Tengo que confesar que nos costó elegir. Sin duda repetiremos!!

Estuvimos este puente y solo nos sale decir que UN ESPECTÁCULO 🤩 Volveremos y recomendaremos a todo el que viaje a Málaga. Un placer, María y Pepo!

Ristorante difficile da trovare, ti trovi in una caccia al luogo ,la quale, dopo averti fatto fare due giri del quartiere ti permette di scovare questo tesoro. Non potrei definirlo in altro modo. Il locale è piccolo e accogliente, i tavoli sono posizionati in modo che ogni cliente abbia la sua dimensione intima e in armonia con la cena, che diventa una vera esperienza culinaria. La moglie gestisce la sala e il marito la cucina e la loro unione si vede soprattutto nei piatti: la ceramica viene prodotta da lei stessa, creata in modo da accogliere perfettamente la forma della pietanza servita. È questa la cosa che mi ha commosso, l’amore di due persone unite nell’interezza del piatto, in tutta la sua struttura organolettica ed estetica. Incredibile ed evidente la freschezza degli ingredienti anche al palato meno esperto. Incredibile è quello che mi ha suscitato: sorpresa, ammirazione e stupore nel momento in cui due ingredienti apparentemente impossibili da accostare si trovano ad essere l’uno la metà perfetta dell’altro. Ringraziamo non solo la bellissima coppia ma anche il gentilissimo ragazzo che ci ha servito e guidato durante questa avventura!