Ágora de Protos en Peñafiel

Es recomendable reservar, ya que estaba casi lleno cuando fuimos. La comida es buena. También se puede pedir por copa cualquier vino de la carta, incluyendo los Grand Reserva.

Excelente ambiente, comida y servicio, lo recomiendo.

Decepcionante. Hicimos la reserva con un mes de antelación para comer 4 personas; 2 de ellas con visita a las bodegas. Llegamos 10 minutos antes de la hora, me presenté a una camarera, que muy seria me ignoró, luego lo intenté con otro, indicándole que eran 4 menús Ribera (2 ya pagados con la visita a la bodega y 2 a abonar in situ) y me dijo que esperara (no sé a qué) y a la hora de la reserva nos sentamos en la mesa que nos habían, digo yo, preparado en la terraza, pues avisé 3 veces por teléfono que iba con perros, pero nadie nos indicó que ésa era la nuestra. Otros 10 minutos después, aviso al camarero que 2 de los comensales tienen la visita con hora fija y que por favor, nos atiendan. Se marcha sin decir nada y al volver nos entrega la carta y nos dice que no queda lechazo. ¿Perdona? Es el plato principal del menú que hemos contratado y pagado. Otra vez se marcha sin dar explicaciones. Ya media hora más tarde de habernos sentado aparece un camarero muy joven, educado, amable, agradable y dispuesto a tomarnos nota de, por fin, la bebida. Le digo que lo que incluya el menú Ribera y nos da a elegir entre 3 vinos. Pedimos uno y al momento se nos acerca el maître o gerente disculpándose por todo y nos explica que nos darán una botella extra de vino (mejor de los que incluye el menú), nos propuso como principal chuletillas o rodaballo y nos aseguró que ya se iban a acelerar y que nos iba a dar tiempo a comer y a llegar puntuales a la visita en la bodega (está a unos 8 minutos a pie o 5 en coche). A partir de ese momento, ya todo correcto; el camarero joven (disculpa por no haber preguntado tu nombre) salvó la comida. Finalmente acabamos de comer a las 17:20 (la visita era a las 17:30), por lo que los comensales que tenían prisa se fueron rápidamente y los otros 2, pagando los menús restantes. He de decir, que la que nos cobró fue muy amable (una joven también) y nos explicó que nos habían hecho un descuento por las molestias. Agradecemos lo bueno, pero no volveremos. Vaya regalito más tenso nos salió.

Llevábamos un pack con visita a bodegas Protos. Muy buen menú degustación, probamos diferentes vinos con cada plato, hasta con el postre tambien trajeron vino…El ambiente muy bueno y el servicio de 10

Buen vino Protos y buena comida

Después de visitar la bodega fuimos al restaurante, todo exquisito y un trato excelente

La encargada de sala nos fastidio la comida, nos trataron mal, se equivocaron en un plato del menú contratado y nos lo echó en cara. Solo sirven un vino en la comida, no es un maridaje para cada plato. Nos trajeron una berenjena con salsa para dos y no trajeron cubiertos para compartirla.

El viernes pasado acudimos al restaurante que la bodega Protos tiene en Peñafiel, Agora. Magnífica la comida, tanto la oreja frita como los pimientos rellenos de rabo de toro. La ración era de 3, al ser dos les pedimos si nos podían poner uno más pagándoles la diferencia a lo que accedieron sin ningún problema. Un aire de protos rosado para los entrantes y un quinto aniversario reserva que era un auténtico espectáculo. El lechazo brutal, crujiente por fuera y jugosito por dentro y los postres probamos tres, el de los pistachos en tres texturas, tres chocolates y un hojaldre de nata con chocolate.

Está montado para promocionar la bodega. Cordero medio frío, es una pena porque estropea la experiencia, pero es lo básico. Mal dimensionados en personal, por lo que los camareros van a la carrera. Buena materias primas e instalaciones pero con eso no es suficiente.

El sitio está limpio, la atención es correcta y la comida está muy buena. Pedimos pulpo, oreja y chuletón. Probamos el sorbete y el postre de pistacho. Todo bien presentado y explicado. Sales contento porque también lo pagas. La única pega que pondría sería que nos pusieron al lado de otra mesa con la sala vacía porque solo estábamos esas dos mesas. Al final estábamos comiendo con la conversación de los de al lado.