Abades Triana en Sevilla

Abades Triana es una joya gastronómica en Sevilla, donde la cocina andaluza se transforma en una experiencia inolvidable. El menú degustación fue una delicia de principio a fin, con sabores intensos y presentaciones impecables. La corvina con vinagreta de foie y el arroz con setas destacaron por su equilibrio y creatividad. El servicio fue atento y profesional, sin resultar invasivo. Pero lo que realmente eleva la experiencia son las vistas: cenar frente al Guadalquivir con la Torre del Oro iluminada es simplemente mágico. Perfecto para una ocasión especial. Volveremos sin duda.

Ayer estuvimos comido en este lugar y nos hemos levantado hoy malísimos, llevamos toda la mañana con dolor de barriga y vomitando. Si seguimos asín tendremos que ir al médico pero espero no llegar a ese punto. Por otro lado el servicio muy amable pero muy lento, estuvimos cerca de 3 horas para cenar, la verdad no creo que vuelva a repetir

No se puede valorar un restaurante como este con los mismos criterios con los que se evalúa un restaurante de cocina tradicional, del mismo modo que no juzgaríamos una película de acción como Fast and Furious con los mismos estándares que usaríamos para una candidata al Oscar como El pianista. Son experiencias distintas, y hay que tenerlo en cuenta a la hora de opinar. La comida estuvo bastante bien. Pedimos tres o cuatro platos y todos nos gustaron mucho. Quizá las raciones eran algo escasas, pero suficientes como para no quedarnos con hambre. El sitio es precioso: el local está muy cuidado y las vistas son, sin duda, espectaculares. El principal problema fue el servicio. Para un restaurante que pretende ofrecer una experiencia de alta gama, ciertos errores no deberían ocurrir. Aunque teníamos reserva y nos atendieron al llegar, estuvimos unos 30 minutos sin servilletas ni cubiertos, a pesar de que otras mesas ya estaban completamente montadas. En general, cada vez que queríamos pedir algo, el servicio resultó bastante lento.

Era un regado !! Todo genial House Selection.. Repetiremos ...

preciosas vistas y rica comida.

Recomendable cien por cien, por su servicio, su calidad, atención y por su cocina. Si buscas no equivocarte en ese día tan especial, ve a Abades Triana.

Nuestra boda en Abades Triana fue sencillamente perfecta. Desde el primer momento nos hicieron sentir que estábamos en las mejores manos. Raquel ha estado atenta y dando consejos y recomendaciones acertadas desde el principio. El espacio es espectacular, con unas vistas impresionantes. La luz que cambiaba a lo largo del día hacía especial cada momento. El servicio fue impecable. Nos asignaron una camarera para que no nos faltara de nada en el cóctel y comiéramos algo a pesar de ir saludando a los invitados. La comida fue de diez: todos los invitados nos felicitaron por lo delicioso que estaba todo. Además de por las vistas espectaculares. Mariangeles la decoradora lo dejó todo precioso. La mesa dulce fue la más bonita que hemos visto nunca, y así nos lo hicieron saber toooodos los invitados. Fran el DJ supo orientarnos y atender nuestros gustos musicales así como mantener la fiesta siempre arriba!!! No podríamos haber elegido mejor. ¡Mil gracias por hacer realidad un día tan especial!

Reservamos una mesa en este restaurant de mantel largo con ganas de pasar una noche especial. El ambiente sofisticado y minimalista, de mantel largo. La atencion muy profesional y la carta variada. Tuvimos jamos iberico cortado en el momento, toda una experiencia sensorial. Lo acompañamos con cestan de pan y vino. De segundo tuvimos steak tartar, solomillo vaca dry al punto, arroz carnaroli y ensalada y de postre matices de chocolate. Las porciones medianas, como para cena. Todos disfrutamos de nuestros platos y probamos los demas, y compatimos postre. Los precios corresponden a un restaurante de alta gama, una buena experiencia en una locacion ideal. Volveremos!

la vista,la comida .Quizá un poco caro y lento el servicio,pero merece la pena

Sitio precioso. Vistas inmejorables, comida cara. Desarrollo... Gastronómicamente es muy normal. Mucha quinta gama y algo de producto fresco, pero con precios elevados. ALTOS. Pagas por el servicio y el lujo. Si sabes a lo que vas, no hay problema.