A Fuego Lento en A Coruña

De camino a casa me entro el hambre y busqué un sitio para tapear algo. Dí con este sitio que no conocía, el trato muy amable y la comida muy buena. De lo que cené, todo muy bueno, destacaría el raxo, tierno, jugoso, muy bien hecho. Estupendo sitio para tomar unas raciones o tapas. Volveré.

La comida muy bien, el sitio mucho más pequeño de lo que parece en las fotos. Es verdad que no fui al comedor de arriba, porque solo eran dos y nos pusieron en una mesa del bar, como si fuéramos a picar algo, en vez de comer, sin mantel ni nada. No me traían la ensaladilla y cuando fui a reclamarla, no había, porque se cansaron de servirla a gente que había pedido después. Pedí otro plato y tuve que esperar un montón, porque me pusieron a la cola como si acabara de pedir por primera vez, cuando había sido un fallo de ellos. Encima pedimos más pan y se había acabado. Y todo esto era al mediodía. Era día de partido y no supieron calcular. Además tienen bastantes pedidos. Si ves que no te llega la comida, no aceptes a más gente, ni más pedidos, y por encima un solo camarero y un solo cocinero, que bastante bien lo hacían, el chico muy amable, pidió perdón por la espera, pero la gestión de las existencias pésima.

Raxo con patatas y salsa de cabrales, patatas bravas, tortilla de patatas, todo riquísimo. Acompañado todo con un buen vino Mencía. La atención excelente y atentos. Tienen mesas en la terraza, dentro y en la parte de arriba, entreplanta dónde están los servicios.

Llamé aquí para tomar una copa con mi esposa mientras exploraba A Coruña durante el día libre de nuestro crucero. Había leído las reseñas, así que lo marqué para una visita. Todo estaba en silencio cuando llegamos. Lamentablemente no comimos porque íbamos a comer más tarde. La señora detrás de la barra fue muy amable e hicimos todo lo posible para conversar con los idiomas (español/inglés) y estuvo más que feliz de ayudarnos, lo cual nos pareció agradable. Ella también nos dio unas deliciosas aceitunas verdes frescas con nuestras bebidas. Era un ambiente muy relajado. Es un lugar pequeño pero también tienen mesas arriba y algunas al aire libre. Gran servicio con una sonrisa y una charla amigable, ¿qué más se puede pedir?

Comida muy rica ,especialmente la croca y los chipirones encebollado Súper atentos .