A Estribor en Los Alcázares

Hemos ido varias veces en familia y se está muy bien, los camareros muy amables y la comida deliciosa!

Ambiente genial, la comida es excepcional. La joya de la corona fue el camarero Aimar. Un tipo encantador y una personalidad encantadora. Lo recomiendo encarecidamente.

Una comida buenísima y un servicio maravilloso gracias a Aimar

Muy buena experiencia. La comida estaba muy rica, todo bien preparado y en su punto. El camarero fue muy amable y atento en todo momento. Sitio recomendable, sin duda volveremos.

Muy contento. entre a la zona de barra le pregunte a la camarera si había sitio para uno y me dijo que esperara unos minutos que una mesita se quedaría libre ,me dijo que si me preguntaban fuera dijera que ya estaba atendido , pero ella viendo k no se iban pidió ayuda en limpiar una de 4 y separó las mesas, enseguida salio a decirme que podía sentarme ,vi que hizo lo mismo con otro cliente . Súper agradable y atenta la chica aunque estaba liada con varias mesas y una grande todo el rato sonriendo , enseguida me coloco mi ensalada para que esperara comiendo. Menú del día. 5 estrellas para la chica pelirroja que me atendió 5 para quien recogió y limpio la mesa y otras 5 para la última que me ofreció el postre . Estuvieron súper atentas.

Aimar. Un camarero muy atento el servicio muy bien , comida todo muy bueno y fresco, muy recomendable.volveremos

Hemos cenado muy bien. Todo muy rico,especial mención al pulpo a la brasa.nos ha atendido Aimar, encantador y muy profesional

Súper amables. La comida se sirvió rápido y tenía una buena relación calidad-precio para la zona. La comida estaba deliciosa, incluso a altas horas de la noche. Gracias por el servicio.

⚓️ A ESTRIBOR (Los Alcázares) – Donde el mar se sirve en plato y se abre temprano Reseña GastroLiteraria: Llegamos cuando aún el reloj no marcaba la hora del almuerzo y, lejos de excusas o miradas esquivas, nos recibieron con la cortesía del que sabe que la hospitalidad no entiende de horarios. A Estribor nos abrió sus puertas como se abre la escotilla de un barco al viajero perdido: sin preguntas, con disposición. Con las cañas:….Aquí, por fin, el mar nos habló. Llegamos buscando refugio y hallamos hospitalidad en forma de y una tapa previa de queso que supo a bienvenida. Y después de aceitunas , preludio humilde de un banquete sencillo pero bien hecho. De la mar, dos joyas: un Pulpo a la gallega, con ese pimentón que canta, tierno, macerado en su propio carácter, con ese pimentón que sabe a domingo junto al puerto; Y un bacalao enharinado, crujiente, honesto.y frito en porciones generosas, crujiente por fuera, jugoso por dentro, escoltado por cebolla dulce como canto de sirena. Pan crujiente, Las cañas frescas y el trato respetuoso con la cerveza fresca —servida con espuma justa y mirada honesta—. Sin alardes, sin postureo: solo comida hecha con ganas y una atmósfera luminosa, casi marina. A Estribor no es solo un nombre: es orientación y brújula para el buen comer. El local, amplio y marinero, con vinos como faros alineados en mostrador, nos ofrecía sombra, sosiego y servicio eficaz. No hubo prisa, ni olvido, ni desdén. Solo una mesa puesta con ganas, antes de tiempo, como si el hambre viajera también mereciera respeto. 📚 Aquí, la comida no es solo sustento: es un gesto. Un libro que empieza bien desde el prólogo. Y nosotros, lectores satisfechos. 📚 Cuando la cocina tiene alma, el plato se convierte en página. Y aquí, sí que leímos sabor.

Esta fue nuestra primera visita a A Estribor y no será la última, disfrutamos de toda la experiencia, nuestras comidas, que fueron deliciosas, el ambiente y particularmente nuestro camarero Aimar. Era acogedor y atento sin ser intrusivo y aunque no entendíamos completamente el idioma del otro logramos hacernos entender. Hay un buen menú de entrantes, principales y postres, aunque debo decir que no tuvimos espacio para el postre por desgracia, y un vino tinto encantador de la casa. Puedo decir que no entiendo las críticas negativas de algunos comensales y solo puedo suponer que se refieren al A Estribor en la playa y no al que está cerca de los arcos que es donde comimos. Gracias Aimar por su servicio y atención, volveremos.